domingo, 26 de febrero de 2023

CATEQUESIS CUARESMAL

           


  El pasado 22 de febrero comenzaremos la Cuaresma con el signo de la imposición de la ceniza. Este es un gesto que nos marca externamente el reconocimiento personal y comunitario de nuestra tendencia a pecar. Soy pecador y somos pecadores. El pecado es el des-Amor, es lo que nos separa o nos aleja del Amor de Dios, justo también lo que nos aleja de nuestros hermanos, lo que nos hace inconscientes o indiferentes también hacia todo lo que nos rodea: personas, animales y plantas.

            A partir de ese momento el recorrido que nos ofrece la Cuaresma nos irá ofreciendo un itinerario bautismal, la preparación de los catecúmenos para la recepción de los sacramentos de la Iniciación cristiana, especialmente en la Vigilia Pascual, cúspide de todo.  Este tono bautismal, catecumenal, se percibe mejor este año que se corresponde con el Ciclo A.

La Palabra de Dios durante estos cinco domingos de Cuaresma, además del Domingo de Ramos, tienen un hilo conductor muy bien organizado.

Las primeras lecturas nos exhiben seis fases, una para cada domingo, de la Historia de la Salvación. Todas ellas exhiben una dinámica interna. El primer domingo: la creación cósmica y el pecado de Adán y Eva. El segundo: la vocación de Abrahán, principio del pueblo elegido. El tercero: el peregrinaje del pueblo de Israel por el duro desierto, camino hacia la plena libertad. En el cuarto: la unción de David como rey de este mismo pueblo. En el quinto: la visión de Ezequiel de los sepulcros abiertos. Y, finalmente, el Domingo de Ramos: el Siervo de Yahvé que se entregará por nuestra redención.

Las segundas lecturas no suelen tener esa misma continuidad, sino que son como la homilía de toda la liturgia de la Palabra. Estas catequesis paulinas desean aterrizar en lo concreto de nuestra vida, a partir del mensaje de las otras lecturas, o sea, que la historia de Israel o la de Jesucristo sean también nuestra propia historia de salvación, teniendo como ejemplo al mismo Jesús que se hizo uno de tantos.

Si tomamos los evangelios, en el primer domingo y en el segundo domingo de Cuaresma, en los tres ciclos leemos la misma temática: así, en el primer domingo contemplamos les tentaciones de Jesús en el desierto y en el segundo, la Transfiguración en el monte del Tabor. A partir del tercer domingo cada ciclo es distinto. El tercer domingo contemplamos el pasaje de Jesús y la Samaritana, que busca el agua viva; en el cuarto domingo, el ciego de nacimiento curado milagrosamente por Jesús y en el quinto domingo contemplamos la escena de la resurrección de Lázaro. En el domingo de Ramos, leemos en la bendición de los ramos la entrada de Jesús a Jerusalén según san Mateo y en la Misa leemos la lectura de la Pasión según el mismo evangelista Mateo.

 

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