martes, 29 de enero de 2019

EL AHORA DE DIOS



            Me gustaría recuperar algunas palabras de la homilía del Papa Francisco que dirigió a los jóvenes en la última Jornada Mundial de la Juventud en Panamá: “No se olviden que no son el mañana, no son el mientras tanto sino el ahora de Dios”. Pues, siguiendo el viejo adagio: “te lo digo a ti Juan para que lo entiendas Pedro”, podríamos atraer estas palabras del Santo Padre al mundo de la catequesis.
            En primer lugar, porque como decía San Enrique de Ossó, “por un niño se llega a una madre, a una familia”, es ya la hora de la responsabilidad de los padres como primeros catequistas de sus hijos, es la hora de Dios para ellos, pues de los papás depende –en gran medida- el crecimiento de la fe en los más pequeños. Busquemos momentos para hacernos los encontradizos con ellos y que Dios se exprese a través nuestro, porque lamentaciones cómo “¿dónde estáis? ¿el niño no viene? ¡es que se porta!”, nadie quiere.
            Es el ahora de Dios de vosotros, catequistas; Jesús el Señor desea hablar por medio de vuestros labios, y ya sabéis lo que dice la Escritura: “de la abundancia del corazón, habla la boca” (Lc 6, 45). Ahora necesitamos más que nunca la capacidad de integrar la fe y la vida para poder comunicar el Dios que se ha encarnado que –como para Enrique de Ossó- es el centro de todo. Por ello, es la hora de la misión, así rezaba el lema del Domund de uno de estos años. Y en el Evangelio de Juan, la “hora”, es la entrega; la hora de entregarnos entusiasmando, como los primeros cristianos, que si atraían era por el estilo de vida que llevaban: escuchaban atentos las enseñanzas de los apóstoles, oraban juntos, compartían, celebraban la fracción del pan,… (cf. Hch 2, 42), cómo se querían. Necesitamos hoy recuperar la caridad de la Iglesia primitiva.
Por cierto, el Papa, al comentar el Evangelio de Jesús en la sinagoga de Jerusalén, dice muy simpático que Jesús estaba en medio de la comunidad “que le vio crecer, rodeado de conocidos y vecinos y hasta quizá de alguna de sus catequistas de la infancia que le enseñó la ley”. ¿Cuál es el texto del lema de este curso en nuestra diócesis? ¿Ya se nos ha olvidado? “En comunidad nos iniciamos y perseveramos en la fe”. También, es el ahora de la comunidad, de todos y cada uno de sus miembros, empezando por nuestros pastores, nuestros sacerdotes, los catequistas, etc. pero especialmente la comunidad de base que habrá de ser la responsable de la Iniciación cristiana de aquellos que se vayan adheriendo al Cuerpo de Cristo.
Muchas felicidades hermanos y sintámonos todos unidos en la labor evangelizadora de la Iglesia. Rezamos unos por otros.

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