CATEQUESIS PARA UN NUEVO TIEMPO

Generalmente, el Año Litúrgico, con sus etapas, es el que nos va marcando el acontecer catequético. Durante el tiempo del Adviento comenzamos un nuevo año y nos preparamos para la llegada del Señor. Ahora con las vacaciones escolares damos también asueto a las catequesis y nos privamos de una de las fiestas más importantes de nuestra religión: la Navidad, que concluirá con la fiesta del Bautismo del Señor. Después volveremos a comenzar un tiempo ordinario que desembocará en la Cuaresma, tiempo de preparación para la Pascua.

Casi siempre estamos comenzando un tiempo nuevo, por ello la Iglesia requiere una “catequesis para un nuevo tiempo”. 

Ciertamente son muchas las cosas que han cambiado y por esta razón hemos de estar a la altura de las circunstancias. La Nueva Evangelización nos invita a vivir este nuevo tiempo con alegría, con ilusión, con convencimiento, con fe, con un nuevo ardor misionero, etc. 

No es tiempo para lamentaciones y sí para contemplaciones. Para contemplar la situación actual por la que hoy en día pasa la gente y poder acompañar a cada persona en el período concreto en el que se encuentre.

La Iglesia habrá de dar respuesta con un nuevo quehacer a las nuevas formas de vida. El mundo laboral lleva a que la familia esté mucho tiempo fuera del hogar: los papás trabajando, los niños en el cole y en actividades extraescolares, en muchas ocasiones con los abuelitos o con quién se emplea en el hogar. Todo esto desemboca en un enfoque distinto del fin de semana. Los pequeños comercios demandan que “Los domingos son para la familia” y, sin embargo, las grandes superficies y los centros comerciales abren sus puertas.

Habrá que resintonizar el dial, porque lo importante es estar en la onda que Jesús nos vaya marcando. Tendremos que pedir luz, orar y rezar juntos, discernir, para que Él nos oriente en la misión evangelizadora de la Iglesia. Este tiempo habrá que afrontarlo sin miedo, cuidando personalmente a las personas y siendo testigos del Amor de Dios que es el que nos mueve. El Papa Francisco nos viene a proponer una catequesis “en salida” (cf. EG 20), pues “la caridad de Cristo nos urge” (2Cor 5, 14) y “ay de mí si no evangelizara” (1Cor 9, 16).