Estamos a pocos días del inicio del III Congreso Internacional de Catequesis que bajo el lema “El catequista, testigo de la Vida nueva en Cristo” se celebrará enRoma entre el8 y el 10 de septiembre. Me gustaría compartir con ustedes algunas reflexiones en torno a estos encuentros que se constituyen como tiempos fuertes para la reflexión y la comunión de todos los catequistas en el Pueblo de Dios.
“Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hch. 4, 20)
Resulta particularmente significativo el contexto en que se celebró el I Congreso Internacional de Catequesis (Roma entre el 26 y 28 de septiembre de 2013).
El 13 de marzo de ese año iniciaba su pontificado el Papa Francisco mientras transcurría el año de la Fe que el Papa Benedicto XVI había convocado en octubre de 2012 para celebrar los 50 años de la Apertura del Concilio Vaticano II. Ambos acontecimientos, tan relevantes para la historia de la Iglesia de nuestro tiempo, enmarcan la celebración de este I Congreso Internacional de Catequesis:
“la fe en Cristo, la fe apostólica, animada por el impulso interior de comunicar a Cristo a todos y a cada uno… durante la peregrinación de la Iglesia por los caminos de la historia.” Esta era la impronta de ese año y así lo expresaba el Papa Benedicto en la homilía de apertura del año de la Fe. Y Francisco, en la clausura del año de la Fe, nos decía:
“Jesús es el centro de nuestros deseos de gozo y salvación. Vayamos todos juntos por este camino.”
Es importante mencionar también que el 29 de junio de 2013, con ocasión de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el Papa Francisco presenta la primera encíclica de su pontificado dedicada justamente a reflexionar sobre la Fe: Lumen Fidei, Cristo,
“el verdadero Sol, cuyos rayos dan la vida…Quien cree, ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso” (LF, 1)
El Concilio Vaticano II lo dijo de manera memorable al comenzar la Constitución dogmática sobre la Iglesia:
“Por ser Cristo luz de los pueblos, este Sagrado Concilio, reunido bajo la inspiración del Espíritu Santo, desea vehementemente iluminar a todos los hombres con su claridad que resplandece sobre la faz de la Iglesia, anunciando el Evangelio a toda criatura…” (LG, 1)
Este es el talante, el ambiente vital de este I Congreso que se resume y anuda bajo el lema: “El Catequista, testigo de la Fe”. Testigo de Jesús, Luz del mundo.
Como valioso instrumento de trabajo, se propone a los participantes y a través de ellos a todos los catequistas del Pueblo de Dios, la reflexión sobre la primera parte del Catecismo de la Iglesia Católica, titulada: “La Profesión de la Fe”.
En efecto, el texto del Catecismo de la Iglesia Católica
“recoge de forma precisa, a modo de síntesis orgánica, los acontecimientos y verdades fundamentales, que expresan la fe común del Pueblo de Dios, y que constituyen la referencia básica indispensable de la catequesis.” (DpC, 184). Con lo cual, conocerlo y tenerlo como referencia en nuestro ministerio es importante.
Al concluir este I Congreso, el Papa Francisco nos señala 3 aspectos que definen el perfil de los catequistas:
a) Tener familiaridad con Jesús. Cercanía. Intimidad. Amistad con El. Nos lo dice Jesús en el Evangelio: Permanecer en El…
b) Caminar desde Cristo… imitarlo en el salir de sí e ir al encuentro del otro.
c) … no tener miedo de ir con Él a las periferias. (cf. Discurso del papa Francisco a los participantes del I Congreso Internacional sobre la catequesis, 27-9-2013)
Finalmente, en este año 2013, se publica la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (24-11-2013). Si bien el Congreso fue unos meses antes, es indudable que estas palabras del Papa en el cierre, intentan recoger para los catequistas de todo el pueblo de Dios, la impronta programática de la Evangelii Gaudium: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.” (EG, 1)
En el año 2018 se celebra el II Congreso Internacional sobre la catequesis (20 al 23 de septiembre) bajo el lema: “El Catequista, testigo del Misterio”.
Siguiendo con el formato elegido en 2013, la reflexión de este Congreso estará centrada en la segunda parte del Catecismo de la Iglesia Católica, titulada “La celebración del Misterio cristiano”.
La celebración de los sacramentos en la vida de la Iglesia constituye “una de las fuentes esenciales e indispensables de la catequesis de la Iglesia…y (catequesis y liturgia) ambas están orientadas a hacer vivir la experiencia del amor de Dios.” (DpC, 95): Toda catequesis es celebrativa: Lo que con gozo anunciamos, con gozo lo celebramos.
Es pertinente destacar que, el 19 de marzo de ese mismo año, se publica la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, Gaudete et exsultate, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual. Allí el Papa nos recuerda que “el encuentro con Jesús en las Escrituras nos lleva a la Eucaristía, donde esa misma Palabra alcanza su máxima eficacia, porque es presencia real del que es la Palabra viva. Allí, el único Absoluto recibe la mayor adoración que puede darle esta tierra, porque es el mismo Cristo quien se ofrece. Y cuando lo recibimos en la comunión, renovamos nuestra alianza con Él y le permitimos que realice mas y mas su obra transformadora.” (GE, 157)
Estas palabras parecen pensadas para los catequistas: anunciadores de la Palabra viva e instrumentos vivos del encuentro con Jesús. Los catecúmenos, son acompañados por nosotros por el camino de Jesús hacia el encuentro en la Eucaristía y los demás sacramentos. La comunidad cristiana “los recibe con gran alegría” (ritual del Bautismo) porque “en todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a Evangelizar.” (EG, 119).
Finalmente, este año 2022, del 8 al 10 de septiembre, se celebrará en Roma el III Congreso Internacional de Catequesis. El lema: “El catequista, testigo de la Vida nueva en Cristo”, nos llevará a reflexionar sobre la tercera parte del Catecismo de la Iglesia católica, titulada: La vida en Cristo. Camino, Verdad y Vida. (cf. Catecismo 1697-1698).
Mientras esperamos la realización de este Congreso, nos preparamos con la oración, la lectura, el canto, la reflexión en nuestras comunidades y grupos de catequesis. Acompañemos activamente este encuentro eclesial. Participemos aprovechando estos días para renovarnos en nuestra vocación y pensemos juntos en nuestra condición de Testigos:
Testigos de la Fe en Cristo “hasta los confines de la tierra” (Hch. 1,8)
Testigos del Misterio del Amor misericordioso del Padre (Lc. 15, 11-32)
Testigo de la Vida nueva en Cristo, nuestro único Maestro (Mt. 23, 1-12)
Feliz Encuentro
Silvia Courreges
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