sábado, 28 de noviembre de 2020

UN APLAUSO

 Nuestra Delegación diocesana de catequesis desea dar un gran aplauso muy entrañable a todas las parroquias de nuestra diócesis que están llevan
do a cabo la catequesis con toda seguridad, en estos tiempos tan difíciles. 

Como delegación al servicio de la diócesis hemos sondeado a los párrocos y coordinadores de catequesis de cada parroquia: “¿cómo va la catequesis?”. Este tomar el pulso, refleja un resultado muy positivo. Todas las parroquias que han ido contestando, a través de las palabras de sus catequistas y de sus párrocos, lo han hecho básicamente con dos signos muy propios del tiempo del Adviento: la alegría y la esperanza. 

Al inicio de nuestro curso pastoral ofrecimos un protocolo covid-19 para la vuelta a la catequesis parroquial, se está siguiendo “al pie de la letra”, pues se hizo desde el sentido común que es el mejor de los sentidos. Tanto las familias, como los niños, como los catequistas, como toda la comunidad, pueden experimentar la seguridad que la parroquia les ofrece tanto para el acto catequético en cuanto tal, así como para la celebración dominical de la Eucaristía. 

El aplauso especialmente para todos por el esfuerzo de continuar con “normalidad” el proceso de la Iniciación cristiana de aquellos que acompañamos y que quieren llegar a ser cristianos con consciencia. 

Esto ha llevado consigo a que la parroquia haya tenido que hacer muchos esfuerzos para que esto se haga realidad. Cuando decimos parroquia, nos referimos a todos: las familias para confiar y dejar a sus hijos en un ambiente seguro, catequistas en riesgo para descansar mientras esto dure, a niños y jóvenes que son conscientes del peligro que implica estar con otros y cómo practican las normas, para catequistas que no solo desempeñan una función de guías de la fe, sino que desempeñan, también, una labor de limpieza y desinfección de salas, etc.

Unos y otros confiamos en el Señor que viene a salvarnos. Este año estaremos especialmente vigilantes para reconocer el paso de Jesús en medio de nosotros. Protejámonos del coronavirus, pero propaguemos la alegría del Evangelio.

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