Hace casi diez años que nuestra
Delegación di
ocesana de catequesis ofreció un itinerario de formación para catequistas.
Cada semana se ofrecían materiales a través de nuestro blog: www.catequesisvalladolid.blogspot.com
y una vez al mes nos reuníamos los catequistas matriculados para poder recibir
la exposición de cada tema, compartir inquietudes y exponer dudas. Esta
formación aún se puede descargar de dicho blog
Sí me gustaría recordar, a modo de esquema,
algunos aspectos en los que se centraba y que son de vital importancia para la
formación de todo catequista. Cada parte se desarrolló a lo largo de un curso.
1º Identidad y vocación del
catequista. En este primer bloque se partía de la misión evangelizadora
de la Iglesia, y cómo dentro de esta está el quehacer propio de la catequesis, cuyo
objetivo pretende que el candidato a ser cristiano intime con la persona de
Jesucristo. Así, pues, la catequesis iniciática o catequesis de inspiración
catecumenal, dijimos, ofrece un nuevo paradigma de la catequesis, propone
abiertamente un itinerario de conversión. El catequista, llamado por el Señor
para ser ministro de la catequesis, es quien acompaña este proceso, con la
identidad propia que la Iglesia le sugiere.
2º Los destinatarios.
Después de fijarnos en la persona del catequista, nos centramos en los
catecúmenos. Partiendo de Jesucristo, fuente de la cultura, poder entablar una
contextualización entre la catequesis y la cultura actual, es decir, con el fin
de determinar el contexto del anuncio hoy. Así podemos recorrer por edades los
distintos acentos psicosociales que afectan al destinatario, así como
metodología más apropiada para cada etapa: despertar religioso y catequesis
familiar, infancia, infancia adulta y preadolescencia, juventud y adultos. Además,
dejándonos afectar por la catequesis en la diversidad.
3º Los misterios cristianos.
Sería el último bloque, en el que, partiendo de la integración entre catequesis
y liturgia, aportaríamos los fundamentos litúrgicos propios de la catequesis:
la oración y la celebración, así como todo lo que busca armonizar estas dos
caras de una única moneda. A partir de ahí, fuimos recorriendo los distintos
sacramentos, “signos visibles de Dios que es invisible”.
Ciertamente, hay más aspectos que
interesan a un catequista, respecto a su formación: Sagrada Escritura, Moral,
Eclesiología, Doctrina Social de la Iglesia, etc. y, especialmente, una metodología
propia para un tiempo como el que nos está tocando vivir. A parte de vivir en
la Presencia del Señor, para desde ahí narrar en la catequesis que Dios es
amor.
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