martes, 20 de noviembre de 2018

FORMACIÓN DEL CATEQUISTA

"Catequistas con formación, por favor". Lo hemos oído muchas veces, no es suficiente para el ejercicio del ministerio catequético el simple deseo de ser catequistas: precisamos tener vocación y una vez que hemos podido discernir y contrastar con el o la acompañante espiritual podremos ir desembocando en modos y maneras. El Señor, a través de sus mediaciones, su pastor, realizará el envío de estas personas para que de parte de la Iglesia puedan acompañar a otros en el proceso de conversión que conduce a la fe.

Me consta que muchas parroquias organizan encuentros periódicos para recibir esta formación. Está muy bien. Habrá parroquias, que por capacidad o por otros pormenores tendrán que juntarse con otras parroquias. Esto está muy bien. Los arciprestazgos suelen ofrecer cauces de fraternidad; la Iglesia es una. También a nivel diocesano, incluso regional, se ofrece formación, unas veces organizado por la Delegación diocesana de catequesis, y otras veces desde otras delegaciones; la Iglesia es una.

Que nuestros encuentros de catequistas no sirvan solo para programar actividades.

Y lo que está claro amigos, es que necesitamos formarnos, no podemos presentarnos delante de un grupo de niños, jóvenes o adultos, tratando los temas como siempre. Necesitamos esa alegría que surge de la persona enamorada que suscite el Amor de Dios en los demás. Esa alegría favorece el deseo de estar junto a Jesús el Señor, conocerle internamente, y una vez que vayamos digiriendole y asimilándolo, desde el corazón disponible testimoniarle. 

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