Hace una semana que volvimos los diez catequistas de Valladolid que participamos en el Aula de Verano de Catequistas en Ávila. En total participamos 65 catequistas de toda la Región del Duero - Iglesia en Castilla. El lugar de las mismas fue el Seminario Diocesano de Ávila, por cierto, muy adecuado para este tipo de encuentros, que siempre nos saben a poco porque cuando queremos empezar en materia ya es la hora de marchar, pero no por ello dejamos de animar a participar. Realmente es triste que no nos movilicemos más. Como catequistas tenemos el deber moral de formarnos, la misión que realizamos lo requiere; no podemos sobrepasar por temas y darlos como si fueran una lección.
Comenzamos con la oración dirigida por Ciudad Rodrigo y después presentación del encuentro por parte de la diócesis de Burgos, en el que se hizo un repaso a los últimos encuentros regionales en los que el tema de la Catequesis y la Familia ha estado presente a la luz de la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia.
Don Abilio Martínez Varea, obispo de Osma - Soria, encargado de la catequesis en esta Región fue el encargado de presentar al ponente: Monseñor Javier Salinas, obispo auxiliar de Valencia, durante muchos años presidente de la subcomisión de catequesis de la Conferencia Episcopal Española, experto en temas que guardan relación entre la catequesis y la familia. Don Javier enmarcó el Aula con una ponencia que daba nombre: "Catequesis y Familia: retos y experiencias". Sus palabras provocaron la reflexión en grupos así como el contraste con el ponente, tal y como nos fue explicando Pelayo, de la diócesis de Palencia.
Aprovechando que estábamos en Ávila y en un Año Jubilar Teresiano, celebramos la Eucaristía en el Monasterio de la Encarnación donde estuvo en otro tiempo Teresa de Jesús. La Misa fue presidida por D. Jesús García Burillo, obispo de la diócesis abulense. El prelado nos alentó en la misión catequética, fundamental en la vida de la Iglesia. Al finalizar se nos hizo entrega de una pequeña alpargata llavero, recordándonos lo andariega que era la Santa.

Tras la cena, paseo nocturno, y visita guiada y catequética a la iglesia de San Vicente Mártir, una joya del cristianismo.

Terminamos con la Eucaristía celebrada en la capilla del Seminario Diocesano, preparada por la diócesis de Valladolid. En la fiesta del apóstol Tomás, Juan Carlos nos alentó a ser testigos del Señor.

PINCHA AQUÍ: PONENCIA DE MONSEÑOR SALINAS
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