Este 6 de enero la Iglesia celebra la Epifanía del Señor. Coincidiendo con esa solemnidad, en las parroquias se celebra el Día de los catequistas nativos y del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras), para quienes va destinada la colecta de los fieles.
En esta ocasión la Iglesia quiere recordar que somos misioneros desde que nos bautizamos, y cómo el IEME es un cauce para que los sacerdotes diocesanos españoles se organicen y vayan a la misión ad gentes, cumplan el deber misionero que tiene cada obispo y toda su Iglesia diocesana. En la actualidad los sacerdotes del IEME están presentes en doce países de Asia, África o América Latina, y lo hacen “Sirviendo en familia a la misión”, el lema con el que se presenta en 2017 el día de los catequistas nativos y del IEME.
Hay tres palabras en el título que son de extrema importancia. Seguramente se captan al instante.
Sirviendo. Es un presente continuo o gerundio. Supone una acción continuada. El servicio ya entraña una disposición especial. Es una actitud de diaconía que requiere empatía y simpatía con la empresa que se lleva a cabo. Servir es disponibilidad y es sensibilidad. La acción que se lleva a cabo tiene precio y por eso mismo vale la pena ponerse en actitud reverente para llevarla a cabo. Es una acción gratuita y cargada de ternura y misericordia.
Familia. ¡Qué palabra tan preciosa! ¡Concentra tanto significado en cada uno de nosotros, tanto amor, tanto corazón y cariño! Por ella, por la familia somos capaces de todo. Preciosa la exhortación que nos ha enviado el Papa Francisco sobre la familia, La alegría del amor. La titula así como si al decir familia, se nos abriera el corazón de par en par recordando cuánta dicha y felicidad hemos vivido, recordando cuánto somos por la familia. Nuestra existencia se ha realizado gracias a ella. Somos por nuestra familia.
“Toda la vida de la familia –nos dice el Papa en la Exhortación– es un ´pastoreo´ misericordioso. Cada uno, con cuidado pinta y escribe en la vida del otro ´vosotros sois nuestra carta escrita en nuestros corazones… no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo (2 Cor 3,2-3). Cada uno es un pescador de hombres (Lc 5,10) que en el nombre de Jesús echa las redes (cfr Lc5,5) en los demás…” (AL 322).
Es por lo que representa la familia por lo que el II Sínodo de África (Africa Munus) adoptó la idea Iglesia-Familia de Dios como su principio guía para la Evangelización de África. Es por eso que los Catequistas y líderes de las comunidades sienten la familia como una motivación para sus vidas y para la vida de sus comunidades. Es desde esta experiencia de familia como entienden el sentido de su responsabilidad y las relaciones recíprocas que tienen que ir creando.
Misión. Porque la Misión no es nuestra sino del Espíritu de Dios. Por él participamos en la Misión de amor que está en el centro del Dios trino. Esto da lugar a un testimonio que promueve sin cesar los valores del reinado de Dios en un dinamismo de vida y amor, justicia y paz, esperanza y misericordia. Los catequistas se sienten implicados con sus familias en este dinamismo, generando para la Iglesia comunidades vivas y samaritanas. Es por ello que viven Sirviendo en familia a la Misión.
Recordemos para terminar, que el día de los catequistas nativos y del IEME tiene, fundamentalmente y como todos los años, tres claros objetivos.
Celebrar la Solemnidad de Epifanía como Fiesta misionera por naturaleza, que provoca en los creyentes el deseo y el gozo de anunciar a Cristo como Luz y sentido de la historia humana.
Invitar a las comunidades cristianas a reflexionar y tomar conciencia de la necesidad e importancia de la formación y cooperación con los líderes, delegados o catequistas en las Iglesias en Misión.
Promover la animación misionera de los presbiterios desde la actitud de “dar desde nuestra pobreza” para vivir con profundidad la dimensión universal de la misión “ad gentes”.
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