sábado, 30 de abril de 2016

RESUMEN DEL TRABAJO POR GRUPOS EN EL ENCUENTRO REGIONAL DE CATEQUESIS VALLADOLID (9-4-2016)




PREGUNTAS



1ª.- ¿Qué dificultades tengo en mi catequesis para transmitir esta misericordia de Dios?



- Falta de atención e interés por parte de los catequizandos.-    



Esto es debido a que en la familia y en la sociedad se vive en otro contexto distinto al de la catequesis. No se vive la fe en la familia.  Se pone por delante de la catequesis y de la Eucaristía del domingo otras actividades y por lo tanto esto demuestra que los padres colaboran poco ya que ellos no valoran el Sacramento y no se implican en la transmisión de valores y vivencias cristianas.

         Otras causas por la que los niños no prestan atención es porque a veces están cansados debido a las múltiples actividades extraescolares o también porque les cuestas desprenderse de sus juegos favoritos. A veces acuden a la catequesis obligados por las circunstancias sociales, pero sin estar convencidos de ello. Y por este motivo terminado el período de preparación al sacramento se aleja de la parroquia.

         También hay niños con dificultades (autistas, hiperactivos, enfermos, familias desestructuradas, etc.). Realmente, al estar integrados, el resto de los niños se solidarizan con ellos y los ayudan. Parece muy importante, transmitirles cariño y atención. Precisamente al explicarles el significado de la “misericordia”, se les transmite con amor, tanto con canciones como con gestos. El catequista debe ser misericordioso y dar amor y cariño a los niños como reflejo de la misericordia de Dios



-Falta de vivencia personal del sacramento de la reconciliación por parte de los padres.-



Hay muchos padres que no se confiesan desde que recibieron el sacramento del matrimonio por dejadez o por vergüenza de reconocerse pecadores. Difícilmente pueden transmitir la felicidad, la alegría y el cambio de vida que se experimenta al recibir el sacramento de la reconciliación sin recibirlo ellos más a menudo y con convicción.


         Se respira en las familias y en la sociedad en general una especie de paganismo y materialismo que dificultan la formación de los niños y jóvenes en los valores humano-cristianos. Esto hace que la persona sea egoísta e individualista. Los mayores no damos ejemplo. Hay muchas familias desestructuradas donde no existe el sentido de la misericordia pues los padres no dan ejemplo ya que se muestran violentos. Algunos padres son indiferentes ante el hecho religioso.



- Falta de formación cristiana en los padres y en la sociedad en general.-



Se tiene el concepto de un Dios castigador, no misericordioso. Por eso se tiene miedo al sacramento de la reconciliación porque se ignora el sentido de este sacramento.

   Esta falta de formación hace que no se tenga conciencia de pecado, todo es válido aunque se perjudique a los demás. Es decir no se tiene conciencia de lo que está bien o mal, debido al relativismo que predomina en esta sociedad.



- No hay continuidad en la catequesis.-



Aquellas parroquias donde no hay grupos de poscomunión es difícil que un niño siga recibiendo el sacramento de la penitencia.



- Poco tiempo para transmitir el mensaje cristiano.



- Falta de contacto de los catequistas con los padres.



- Hay niños que sufren acoso.



- Necesidad de más formación en los catequistas.



- A veces los catequistas no damos testimonio de vivencia cristiana.





2ª.- ¿Qué posibilidades tengo para transmitir en la catequesis esta misericordia perdonadora de Dios?



         Ante las dificultades que existen en la catequesis para transmitir la misericordia de Dios, los catequistas hemos encontrado posibilidades para poder hacerlo:



-         Incentivar la atención, motivación e interés de los niños y jóvenes mediante:



·        Un trato amable y cariñoso, valorando todo lo que hacen bien, acogiéndoles como son y comprendiéndoles ya que tienen carencia de cariño. También haciéndoles partícipes de la catequesis.

·        Conviene hablar en su lenguaje de manera que nos entiendan lo que queremos transmitir y contarles experiencias que ellos viven, o también las experiencias de otras personas que viven con fe (religiosos, sacerdotes, laicos), así como experiencias concretas y actuales de misericordia en la sociedad.

·        Entusiasmarles con el sacramento de la reconciliación, como sacramento de la alegría porque sabemos que Dios Padre nos quiere mucho, estamos convencidos y así lo sentimos en nuestro corazón: Dios es nuestro Padre y nos quiere.



- Tener contacto con los padres.-



Es muy importante que los padres conozcan y vivan lo que nosotros programamos y damos en la catequesis para que sean ellos los principales catequistas de sus hijos (iglesia doméstica). En las parroquias donde hay más comunicación con los padres hay más posibilidades de llegar a los niños.

   Es importante tener catequesis con los padres, profundizando en los momentos fuertes: Adviento, Cuaresma y Pascua.



- Ser creativos.-



La catequesis es tan importante que los catequistas debemos y podemos ser creativos, aprovechando la gran riqueza de materiales que tenemos al alcance de nuestras manos (vídeos, revistas, posters), es decir hacer uso de las nuevas tecnologías. Todo ello no sustituye nunca a la persona del catequista ya que debería ser una persona que se caracterice por su encuentro con el Señor, su ilusión, alegría, optimismo y esperanza al anunciar la Buena Noticia.

         Debemos hacer sentir y experimentar en los catequizandos y las familias que todos somos pecadores y que nos equivocamos pero Dios Padre siempre nos perdona. Formarles en una conciencia recta para saber reconocer el pecado pues algunos padres tienen una imagen errónea ya que piensan que Dios castiga. Tenemos que ayudar a descubrir a un Dios Bueno, comprensivo y misericordioso. También proponer actividades concretas relacionadas con la misericordia, comentando pasajes de la Biblia donde Dios Padre y su Hijo Jesús son misericordiosos para que los niños y jóvenes sean a la vez misericordiosos con las personas que conviven.



- Formación sólida.-



Es necesario que los catequistas tengamos una formación sólida y ser testigos de la Resurrección, especialmente en este momento en el que con relación al hecho religioso no se debe dar nada por sabido por parte de los niños ya que falla la formación cristiana en la familia y por lo tanto debemos actuar dándoles los conocimientos completos.

         Al mismo tiempo que somos acompañantes somos referentes, teniendo claro que somos minoría y por tanto debemos ser levadura que hace fermentar la masa. Como dice el Papa Francisco contagiar….

Invitar siempre tanto a padres como a hijos a vivir la vida cristiana sin imponer. Atraerles con nuestro ejemplo, dejándonos siempre iluminar por el Espíritu Santo, dando prioridad en la catequesis a la oración y cuidar nuestro comportamiento, que haya coherencia entre nuestro pensar y actuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario