jueves, 17 de diciembre de 2015

AFRONTAR EL RETO DE LA FE


     
Estamos de acuerdo que el llamado “tiempo de cristiandad”, en el que la propuesta de la fe era muy importante y por ello las iniciativas eran muy bien acogidas en la mayor parte de los ámbitos que configuran una sociedad, ha pasado.

Hoy, a los cristianos nos toca vivir en un mundo en el que muchos no solo se han apartado de Dios, sino que no quieren saber nada de Él; viven y piensan como si Dios no existiera. Nuestros representantes políticos, en ocasiones, fomentan esta disgregación que ya toca incluso aspectos culturales.

Pero esta llamada “secularización” también afecta a la vida de los cristianos, porque somos ciudadanos que participamos de esta sociedad, “somos hijos de nuestro tiempo”, no vivimos ajenos a esta realidad, sino entremezclados. En este sentido –digo- que conviene “afrontar el reto de la fe”, puesto que si “no conocemos el terreno sobre el que pisamos, qué vamos a sembrar”.

En este tiempo de Adviento, ya hemos dicho que es diferente a otros, recuperemos en nosotros -como creyentes- nuestra identidad cristiana: existimos para evangelizar (cf. EN 14). Seamos, como los profetas, heraldos de la Palabra de Dios en nuestro tiempo, en nuestros ambientes. Por ello, hoy, más que nunca, como cuerpo de Cristo, como comunidad cristiana, como pueblo de Dios que vive de la Eucaristía, vivamos en permanente estado de misión, de Iglesia “en salida”. No nos refugiemos en seguridades de sacristía sino más bien favorezcamos el encuentro del Señor en medio de un mundo que –aunque no lo parezca- está muy necesitado de Dios y de los de Dios.

Que el ámbito de la catequesis sea un lugar muy apropiado para presentar, suscitar, “afrontar el reto de la fe”, especialmente, para todos aquellos que se inician cristianamente. El Espíritu Santo, que es el que inicia, inspire a los catequistas, a las familias, a los profesores de religión, a descubrir la acción de Dios en el interior de la persona, y asimismo a percibir y agradecer la acción del Espíritu en la Iglesia.

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