martes, 13 de octubre de 2015

SÍNODO DE LOS OBISPOS

La Iglesia en este momento toma el pulso a la familia y para ello celebra un sínodo de los obispos en Roma. El Papa Francisco en su primera catequesis en el marco de este sínodo nos ha dicho que la familia es “la carta magna de la Iglesia” y nos hizo caer en la cuenta que el mundo necesita “una robusta inyección” del espíritu familiar.

Como sabemos, el pasado año se celebró un sínodo extraordinario en el que se trataron los desafíos de la familia. En esta ocasión se vuelve, en un primer lugar, a esos desafíos. Por tanto, ha habido un tiempo para seguir madurando, orando, discerniendo, escuchando, contrastando con la realidad, con las diferentes culturas, etc. Ahora es el tiempo de digerir lo ya elaborado y meditado, más tarde los padres sinodales se centrarán en la vocación y la misión de la familia en este mundo contemporáneo.

No cabe duda que el quehacer de la Iglesia es la evangelización, ella existe para esto. La familia ocupa un lugar primordial en la transmisión de la fe. Los padres son los primeros catequistas de sus hijos. Junto a ellos, están los padrinos y, también, los tan necesarios abuelos, que son los que muchas veces hoy hacen las funciones de padres y padrinos.

Dice Francisco que la familia que camina en la vía del Señor es fundamental en el testimonio de amor de Dios y merece toda la dedicación de la cual la Iglesia es capaz. El Sínodo está llamado a interpretar, para hoy, este celo y este cuidado de la Iglesia. Acompañamos todo el recorrido sinodal sobre todo con nuestra oración y nuestra atención.

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