Durante este fin de semana los catequistas de la Región del Duero o Iglesia en Castilla están invitados a participar en unos ejercicios espirituales.
Veinte catequistas de nuestra diócesis han escuchado la llamada de marchar al desierto. Se han sentido especialmente invitados a crecer en la dimensión espiritual, a través de la íntima relación con el Señor. El desierto, lugar de confidencias, ideal para encontrar en el silencio el camino hacia lo que el Señor nos tiene preparado. Jesús desea más que nadie este encuentro personal y a la vez eclesial.
Este año, con motivo de la celebración del V Centenario de Santa Teresa de Jesús, el sitio, como le gustaba decir al Señor, para referirse al huerto de los olivos, lugar privilegiado para Él para orar, es Ávila y serán dirigidos por el padre carmelita descalzo David Jiménez García, prior del Convento de Santa Teresa.
Estamos hablando del Albergue “Casa Natal de Santa Teresa”, que los carmelitas descalzos tienen en la ciudad de Ávila, en el mismo lugar donde nació la Santa.
¿Qué hacen los catequistas en un retiro como este? Pues además de orar la Palabra de Dios, la enseñanza de la Santa iluminará la meditación y ayudará a la oración de estos días profundos.
Se cuida que todo esté a punto para el ejercitante pueda reconocer la presencia del Señor en su vida y en la vida de los que Él ha puesto a su lado.
Siempre hay una distribución del día pensada para los catequistas, para que pueda tener unos días, pocos, muy provechosos. El horario vendrá marcado por la oración personal y comunitaria, la celebración de la Eucaristía, la reflexión, el acompañamiento espiritual, etc.
Además a lo largo de estos días los catequistas podrán tener la oportunidad de ir contrastando la experiencia. En este camino nadie va solo; además del director de la tanda algunos delegados de nuestras diócesis estaremos cerca para acompañar, para escuchar, para animar, para orientar, para no dejar solo a nadie.
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