jueves, 10 de julio de 2014

KERIGMA: PRIMER ANUNCIO

          
En la actualidad la Iglesia tiene como desafío la Nueva Evangelización. Pues bien, para un nuevo talante de fe, de esperanza y de caridad de los católicos, la Iniciación Cristiana que la Iglesia debe recuperar tiene como fundamento y punto de partida el kerigma, el anuncio alegre, directo e incisivo de Cristo vivo. Por esta razón, la Iglesia habrá de tener presente el kerigma en todas sus acciones.

El anuncio de Cristo vivo y la respuesta de conversión de quien lo acoge es lo que da posibilidad a una Iniciación Cristiana verdadera y a un crecimiento continuo en la fe. 

Si la evangelización se compromete también como una acción educativa, no se puede dejar de educar y acompañar la conversión inicial consecuencia del primer anuncio y del kerigma, así como la educación de la conversión permanente en la fe. 

Es necesario volver a anunciar a Cristo en nuestros ambientes, se trata sin duda de una urgencia pastoral: o anunciamos nuevamente a Jesucristo o el mundo ya no será más cristiano. 

Además, aun cuando pastoralmente somos conscientes del progresivo crecimiento de la indiferencia y de la superficialidad, a lo que se añade el resultante alejamiento de los creyentes, existe no obstante la serena intuición de orientarse hacia comunidades cristianas numéricamente más pequeñas pero más auténticas. Lo que importa no es tanto la cantidad de bautizos sino la calidad de los cristianos; sin embargo la Iglesia no puede descuidar a los alejados. Los bautizados no evangelizados habrán de ser los principales destinatarios de la Nueva Evangelización. 

El Kerigma es central en el ser y quehacer de la Iglesia, nada de lo que ella haga puede excusar el anuncio siempre nuevo de Jesucristo muerto y resucitado.

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