viernes, 14 de marzo de 2014

Escuela Diocesana del Catequista - Sacramento de la Unción de los enfermos - Catequesis en la Tercera Edad - Pastoral de la Salud

       Hoy ha estado en nuestra Escuela Diocesana de Catequesis,              Sor Teresa Peña, delegada diocesana de Pastoral de la Salud. 
              El tema tenía directamente que ver con su quehacer: el Sacramento de la Unción de los Enfermos, ella con su grata experiencia y sabiduría nos ha dado un testimonio muy agradable sobre este sacramento y el ministerio que se precisa. 
Sor Teresa llena de ejemplos y anécdotas ha ido desentrañando este sacramento tan desconocido para los cristianos y, también, para los catequistas. 
            Nos parece muy importante para nosotros, como catequistas, poder acompañar el proceso de la fe de todas las personas, desde que son niños (despertar religioso) hasta la tercera edad (formación permanente o catequesis de adultos). A veces conocemos muy bien la etapa que nos corresponde (despertar religioso, infancia, infancia adulta, poscomunión, confirmación,…), nos especializamos tanto, y desconocemos totalmente otras etapas. 

             La unción de los enfermos es un sacramento saludable, no de “extremaunción”, es un sacramento de vida. 
Sor Teresa nos ha animado a preparar celebraciones comunitarias donde los mayores de nuestra comunidad, conviene que estén bien preparadas. Ciertamente, no se debería celebrar todos los años las mismas personas. 

           Así terminó comentando la catequesis que el papa Francisco dio el día 26 de febrero en la plaza de San Pedro. El Papa habla del sacramento como expresión misericordiosa de Dios, para ello se inspira en la parábola del buen samaritano. Jesús se hace cercano al que sufre bien porque está enfermo o porqué es anciano. A la Iglesia se le encomienda los cuerpos de aquellos que viven afligidos para que derramemos sobre ellos el óleo santo. El Papa Francisco anima a celebrar este sacramento a partir de los 60 años. Y no pensar en este sacramento como si fuera un tabú y diera miedo llamar al sacerdote pensando que tras su visita vendrá la funeraria. 
Sor Teresa nos pide a los catequistas que enseñemos este sacramento a los niños, que ellos también pueden y deben reconocer la presencia de la Cruz en la vida de los hombres. 

           Al final los catequistas han preguntado y contado anécdotas de su propia experiencia, todo muy enriquecedor. Lo positivo que es cuando la familia al completo celebra este sacramento en la que se puede recibir una catequesis para todos.






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