Hoy ha estado en nuestra Escuela Diocesana de Catequesis, Sor Teresa Peña, delegada diocesana de Pastoral de la Salud.
El tema tenía directamente que ver con su quehacer: el Sacramento de la Unción de los Enfermos, ella con su grata experiencia y sabiduría nos ha dado un testimonio muy agradable sobre este sacramento y el ministerio que se precisa.
Sor Teresa llena de ejemplos y anécdotas ha ido desentrañando este sacramento tan desconocido para los cristianos y, también, para los catequistas.
Nos parece muy importante para nosotros, como catequistas, poder acompañar el proceso de la fe de todas las personas, desde que son niños (despertar religioso) hasta la tercera edad (formación permanente o catequesis de adultos). A veces conocemos muy bien la etapa que nos corresponde (despertar religioso, infancia, infancia adulta, poscomunión, confirmación,…), nos especializamos tanto, y desconocemos totalmente otras etapas.
La unción de los enfermos es un sacramento saludable, no de “extremaunción”, es un sacramento de vida.
Así terminó comentando la catequesis que el papa Francisco dio el día 26 de febrero en la plaza de San Pedro. El Papa habla del sacramento como expresión misericordiosa de Dios, para ello se inspira en la parábola del buen samaritano. Jesús se hace cercano al que sufre bien porque está enfermo o porqué es anciano. A la Iglesia se le encomienda los cuerpos de aquellos que viven afligidos para que derramemos sobre ellos el óleo santo. El Papa Francisco anima a celebrar este sacramento a partir de los 60 años. Y no pensar en este sacramento como si fuera un tabú y diera miedo llamar al sacerdote pensando que tras su visita vendrá la funeraria.
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