Estamos de acuerdo que hay que dar un cambio a nuestra misión evangelizadora. En ocasiones hemos hablado de "conversión pastoral" o "pastoral de la conversión", en el que en las siguientes afirmaciones se recoge lo aportado por cada uno de este equipo de sacerdotes:
- Ofrecer líneas posibles de acción.
- Valorar a los abuelos en el proceso de la fe de los niños, sin quitar fuerza a la responsabilidad en la educación de la fe de sus padres.
- Hoy, "época de no cristiandad", en día damos por supuestas "cosas".
- Tenemos que contar mucho más con la familia puesto que ahí está la base.
- Valorar la misión de las religiosas en la misión evangelizadora de la Iglesia Local.
- Que la Iglesia sea acogedora, servicial y testimonial. En palabras del nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Española: "Iglesia de puertas abiertas". En este sentido, el Papa es modelo de esta Iglesia que se precisa.
- Se menciona el nuevo Directorio para la Iniciación cristiana de los sacramentos como ayuda en la adaptación a los tiempos, pero no es la medicina a los problemas concretos de nuestra diócesis.
- Nos percatamos que hay cierto "miedo" a lo nuevo.
- Se precisa mayor implicación por parte de los sacerdotes.
- Es muy importante las Escuelas de Catequistas, se va observando cierto cansancio.
- La urgencia del momento que estamos viviendo exige formación por parte de los catequistas, se anima a que cada arciprestazgo tenga su propia Escuela de Catequistas.
- CREATIVIDAD.
- Que la catequesis no sea solo un acento dentro de todo lo que se hace, mayor implicación de los catequistas: formar parte de grupos de referencia de algún grupo de la comunidad.
- Apoyarse más entre parroquias, crecer más interparroquialmente. Cuando hay dificultades, estamos más llamados a unirnos.
- Hay unas circunstancias que son las que son: materiales, Catecismo, catequistas, sacerdotes,... Cada día es más complicado tener catequistas. La realidad es que también falla la ilusión de los catequistas.
- Los sacerdotes necesitamos igualmente la conversión en todos los campos (abrimos la sala y nos olvidamos de la catequesis de los niños, de los catequistas,...). En ocasiones hablamos generalizando. Hay muchos momentos en los que nos sentimos cansados, nos desgasta el hecho de proponer y no ver respuestas; aún estamos muy apegados al número.
- La propuesta de la familia tiene que ser sin pensar: "todos o ninguno".
- Mayor acompañamiento de los catequistas.
- En los pueblos pequeños encontramos dificultades para reunir catequistas, también para renovarlos. Son conscientes de la realidad que les está tocando.
- En línea con lo que expone el Papa en la Evangelii Gaudium esto pide romper horarios.
- Hacer del domingo el día del encuentro de la comunidad cristiana.
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