¡GRANDE ES
EL AMOR DE DIOS!
Un año más hemos recordado
a María en esta fiesta tan bonita y entrañable de su presentación en el Templo.
En Ella vamos descubriendo unos valores que en su día recordamos, y le pedimos
que nos ayude a vivirlos en plenitud, como niños, jóvenes y como adultos.
Nos hemos preparado para esta fiesta con un
triduo, tres días en los que hemos reflexionado sobre tres cualidades de la
vida de María que queremos también nosotros imitar. El primer día: María atenta a las necesidades de los demás; el
segundo sobre el silencio de María , y el tercer día sobre la actitud de María
ante el dolor. Hemos querido decirle a María a lo largo de estos días, que nos
ayude a parecernos a ella; que estemos atentos a las necesidades de los
más cercanos a nosotros, que aprendamos a estar en silencio para escuchar a Dios y a los demás, y que aprendamos como ella también del dolor y del sufrimiento que a veces la vida nos presenta. Con alegría hemos celebrado esta fiesta agradeciéndola su presencia en nuestro caminar diario. Nos acercamos a ella para presentarle también las necesidades del mundo: la necesidad de paz, de trabajo, de unión en las familias… En este curso en que celebramos con alegría los 150 años del nacimiento de la congregación de las hermanas, con la procesión y las diferentes celebraciones religiosas quisimos orar unidos para que a través de María estemos cada vez más cerca de Dios y más cerca a los demás.
Un nuevo curso, la fiesta
de la Niña María
nos ha reunido y nos ha hecho sentir que somos familia; familia Amor de Dios,
en torno a un fundador, nuestro querido Padre Usera. Una madre, una hermana,
una amiga…todo eso es María para nosotros. Ojala podamos seguir reuniéndonos
cada año y sintamos que Ella forma parte de nuestra vida y nos ayuda a
encontrar la felicidad que seguro será contagiosa para los que estén con
nosotros.
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