Junto a los chicos, hemos acompañado un grupo numeroso de catequistas: tanto laicos, como religiosas y sacerdotes.
Durante esos días hemos podido confesar nuestra fe ante las tumbas de los primeros apóstoles.
Ha sido una experiencia muy gratificante que tendremos que ir asimilando poco a poco.
Damos gracias a Dios por la experiencia honda y la actitud de los chicos.
Ojalá podamos trasladar y comunidades a nuestras comunidades aquellos que hemos recibido.
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