jueves, 3 de enero de 2013

¡FELIZ AÑO NUEVO 2013!


¡Feliz Año Nuevo 2013!

Espero que esteis pasando unas felices Navidades en compañía del Señor, recién nacido para nosotros y nuestro mundo, y en el de nuestras familias.

El Señor ha deseado nacer en el seno de una familia sencilla, piadosa, acogedora, comprensiva, etc.,... y sobre todo Sagrada. No hace mucho celebramos esta gran fiesta. La Sagrada Familia es un modelo claro de conducta cristiana a seguir, tanto personal como familiarmente hablando. En familia el respeto es uno de los valores más importantes pues cada uno de los miembros que la forman se sienten especialmente vinculados al resto. Cada uno se siente escuchado, valorado, amado, servido, etc.,...

Esta realidad familiar, como sabemos muy bien por la práctica, ha de estar muy unida a la estancia parroquial y escolar. Se percibe con agrado aquellos niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que en su familia viven la fe cristiana como propio de su "ser familia". Por ello, la tarea catequética ha de estar muy vinculada a la vivencia familiar. 
Como miembros de una comunidad cristiana, ciertamente nos sentimos familia más amplia, enviados al mundo para ofrecerle la nueva evangelización que se merece. Pero no olvidemos que esta labor catequética la realizamos siendo miembros de una familia, "Iglesia doméstica", con la que compartimos misión, transmisión de la fe, en convivencia con otros miembros de la comunidad, etc.,...

Si hablaba del valor del respeto en la familia, que importante será respetar las opiniones de los demás, aun cuando muchas veces no sean coincidentes con las nuestras. En muchas ocasiones nos sentiremos acompañados e, incluso, animados, pero en otras incomprendidos.

El Espíritu del Señor nos anima a seguir con ánimo, con un nuevo ardor, evangelizando en nuestros contextos: familiar, escolar y parroquial. Pero no olvidemos el gran valor que tenemos cada uno en nuestras familias, a ellos nos debemos en primer lugar, nos les descuidemos por la misión, pues -como decía al principio- en medio de ella hemos sido enviados. Y, sobre todo, compartamos y transparentemos el misterio de Cristo en muchas de nuestras familias, más ampliamente hablando, que desconocen que ha nacido el Redentor.

Gracias a todos/as por vuestra misión y vocación.

Un abrazo muy grande, mi oración y bendición,

Juan Carlos Plaza Pérez
Delegado Diocesano de Catequesis

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