sábado, 2 de diciembre de 2017

ADVIENTO


“Estoy a la puerta y llamo. Esperando a que me abras. Ábreme que quiero entrar”. Estas palabras que están inspiradas en un texto del libro del Apocalipsis nos sitúan al comienzo del Adviento.

Jesús el Señor está a la puerta de nuestra vida y llama, puede hacerlo de muy distintas formas, solo su Luz nos permitirá reconocerle y podremos acogerle tal y como nos dijo el Evangelio del pasado domingo; en la indigencia que sufre el hombre de este mundo.

         Pero resulta que para acoger la Luz no se improvisa, necesitamos prepararnos, es decir, que allanemos el camino, que nos predispongamos a su “toc toc” a la puerta, que deseemos recibir a Jesús en nuestros hogares, en nuestras familias.

         Te sugiero que te fijes en la Virgen María, la mujer de la espera esperanzada, ella que es engendradora de la Luz, con su alegría nos llena de esperanza, pues Dios también se encarna en este mundo lleno de miserias corporales y espirituales.

         Queridos amigos, una vez más los domingos del adviento nos ofrecen cuatro episodios de una sola y verdadera catequesis, donde no solo los niños, sino toda la familia podremos prepararnos para acoger a Aquel que mendiga, aunque sea un pequeño hueco de nuestro corazón.

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