sábado, 29 de junio de 2013

Solemnidad de los santos Pedro y Pablo - Día del Papa

La solemnidad de San Pedro y San Pablo es llamada también Día del Papa. Por ello el Papa Francisco ha recibido el saludo de todos los fieles en su primer día en esta festividad como Pontífice.
La tradición de la Iglesia señala que la solemnidad de San Pedro y Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, celebrada todos los 29 de junio.
Es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos.

jueves, 27 de junio de 2013

CLAUSURA DEL CURSO 2012-1013 DE LA ESCUELA DIOCESANA DEL CATEQUISTA

Hoy concluimos el 2º Curso de la Escuela Diocesana del Catequista de la diócesis de Valladolid. A las 20,15h tendremos la celebración de la Eucaristía en la parroquia "El Salvador" (Valladolid). Todos/as sois bienvenidos. Al final de la celebración podremos compartir la palabra y un pequeño ágape.

El año que viene profundizaremos en los Misterios Cristianos y en el Misterio de la Vida de Cristo. Será el último del trienio.

Conoce al Papa Francisco (en 4 minutos)

miércoles, 26 de junio de 2013

Semana Parroquial de la Fe (Parroquia de Íscar)


En la parroquia de Íscar, esta semana, del 24 al 27 de junio, ha organizado una Semana Parroquial de la Fe. Con motivo del descubrimiento de 65 cartelas con 100 años de antigüedad, en las que se puede mostrar la exposición de la fe de la Iglesia, a través de cartelas.








domingo, 23 de junio de 2013

AULA REGIONAL DEL CATEQUISTA - 5 y 6 DE JULIO EN VILLAGARCÍA DE CAMPOS (VALLADOLID)

Aquí tenéis la información completa del AULA REGIONAL DEL CATEQUISTA 2013. SI ALGÚN CATEQUISTA, SEMINARISTA, DIÁCONO, SACERDOTE,... ESTÁ INTERESADO ME LO TIENE QUE DECIR ANTES DEL 26 DE JUNIO.

sábado, 22 de junio de 2013

Ordenación de sacerdotes en Valladolid

Dos seminaristas de nuestra diócesis serán ordenados el próximo domingo, día 23 de junio, a las 18,00h, en la S.I. Catedral de Valladolid por D. Ricardo Blázquez, nuestro arzobispo.

Los dos han sido catequistas a lo largo de su vida cristiana y especialmente en su formación sacerdotal. Nos alegramos con toda la diócesis y les animamos a que sean impulsores de la Catequesis para la Nueva Evangelización donde el Señor les quiera llevar.

¡ENHORABUENA!




viernes, 21 de junio de 2013

SAN LUIS GONZAGA, SJ. (1568-1591)

             

Voy a presentaros en primer lugar una breve biografía que nos ayude a conocer la persona de la que estamos hablando, seguidamente voy a intentar distinguir los rasgos de su persona que le han llevado a ser santo, en tercer lugar cuáles de esos rasgos son transferibles a nuestra época y, por último, cuál es aquello que me llama más la atención de San Luis Gonzaga.
            1. San Luis es el patrono de la juventud católica. Nació el 9 de marzo de 1568 en Lombardía (Italia). Su entrega a Dios en su infancia fue completa y absoluta y ya en su adolescencia, decidió ingresar a la Compañía de Jesús, pese a la rotunda negativa de su padre, que soñaba para él una exitosa carrera militar. Durante los años siguientes, el santo dio pruebas de ser un novicio modelo. Estando en Milán y por revelación divina, San Luis comprendió que no le quedaba mucho tiempo de vida. Aquel anuncio le llenó de júbilo y apartó aún más su corazón de las cosas de este mundo. Por consideración a su precaria salud, fue trasladado de Milán a Roma para completar sus estudios teológicos, siendo los atributos de Dios sus temas de meditación favoritos. En 1591 atacó con violencia a Roma una epidemia de fiebre; los jesuitas abrieron un hospital y el santo desplegó una actividad extraordinaria; instruía, consolaba y exhortaba a los enfermos, y trabajaba con entusiasmo y empeño en las tareas más repugnantes del hospital. Falleció en la octava del Corpus Christi, entre el 20 y 21 de junio de 1591. Fue canonizado en 1726. 
            2. Fueron tan solo 23 años los que vivió pero fueron suficientes para cultivarse como santo. Su especial vida interior muy tocada por la gracia desde que era un infante le llevó a ser dócil a la Palabra del Señor. Fue un niño con despertar religioso en el hogar, inocente, piadoso, con una gran experiencia de oración, con mucho amor a la Virgen, a los Santos y a la Eucaristía. Podríamos decir que de ahí partía la espiritualidad que él vivía y que le llevaba, también, a ser un joven desprendido de todos sus bienes materiales  y mortificado. Aprendería en la Compañía de Jesús a ser un contemplativo en la acción, es decir, concretaría en el servicio a los demás, especialmente a los más pobres incluso a riesgo de morir, el amor que sentía por Jesús el Señor.
            3. Gonzaga no nos resulta lejano en el tiempo, todas sus actitudes son deseables para nuestra época. En el fondo –como acabamos de decir- el amor que sentía por el Señor le hacía un testigo verídico. Él, no cabe duda, es buen patrono para la juventud cristiana, para que los jóvenes vean en él, a alguien de carne y hueso que consiguió ser como Jesús en su tiempo. Para ello es muy importante tener un especial trato con el Señor, hablar con él “como un amigo habla con otro amigo” (San Ignacio de Loyola), hablarle a Él de ellos y a ellos de Él. San Luis se comprometió con la misión que le encomendó el Señor y arriesgó su vida. Al final se contagió y ojalá nos contagie él de Dios.


            4. Siempre me llamó la atención este joven santo jesuita, a parte de ser patrono de la juventud católica, también lo es de los enfermos de SIDA (con los que yo he tratado) y, también, es patrono de los teólogos jesuitas. Por lo tanto, él –quiera o no- ha estado presente en mi vida y le he sentido como compañero. Siento particular devoción por él y un deseo grande de ser como él. Al mismo tiempo, me parece que es un personaje sugerente para proponer a los jóvenes. Su vida no es complicada, es muy sencilla y clarividente. Tiene deseos grandes de estar con el Señor y anima a la fe. Su relación con Dios le lleva a ser puro y casto, vivencia que le hace ser transparente, sin doblez, de mirada limpia y corazón también. Los jóvenes pueden ver en Luis un modelo de santidad en medio de un mundo que también tiene sus pestes, su aprecio por los bienes materiales y su ignorancia por los espirituales; pueden ver en él al joven que sintió aquello de: “… Vos me lo distéis a Vos Señor lo torno”.

martes, 18 de junio de 2013

XIIIº ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN PRESBITERAL

            Hoy es uno de esos días que en mi vida no puedo olvidar, es el aniversario de mi ordenación sacerdotal.
¿Cómo olvidar aquel domingo de la Santísima Trinidad, arropado por mi familia, mis amigos, antiguos alumnos de Miranda de Ebro, mis compañeros jesuitas y en la iglesia del Sagrado Corazón de los jesuitas en Valladolid, esa iglesia tan acogedora, la música, el cuidado de la liturgia en sí, aquella celebración eclesial presidida por su pastor: Don José Delicado? Cada rostro de cada una de aquellas personas eran Palabra de Dios para mí, al verles me hacían sentir seguro, alegre, confiado, animado a dar el paso que desde hacía tanto tiempo, desde la más tierna infancia, me había sentido llamado. Ciertamente había personas que faltaban, pero tengo la seguridad de la fe que nunca me han faltado, es más, a cada instante les siento más cerca de mí.
Después de trece años, que aunque parece mal número, para mí sigue siendo un tiempo muy bueno, sigo seguro en mi vocación. Totalmente de acuerdo que no depende solo de mí, pendiente de la voluntad de Dios, le digo al Señor cada día: “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad, se Tú y no yo”. Los días, como para todos, son de muchos colores, pero con la gracia de Dios uno va caminando, a base de caídas y de volverse a levantar; voy andando detrás del Señor. Ciertamente los años parece que más que hacernos viejos y quitarnos el vigor, pues como al buen vino, con un buen cuidado personal, espiritual, uno va reposando, y puede dar mejor sabor.
Tengo que dar gracias al Señor porque en mi vida nunca he aspirado más que a estar cerca de Él, pidiéndole muchas veces, incluso por encima de lo que a uno le apetece o en contra del propio carácter, que me lleve a estar lo más cerca de los que Él ha puesto cerca de mí para cuidarlos como el Señor los cuidaría. En el fondo, acaso los sacerdotes, ¿no somos su prolongación? Es el deseo de la Iglesia llevar a todos al conocimiento de la verdad plena, Jesucristo el Señor “que por nosotros se ha hecho hombre para que más le amemos y le sigamos”.
            Nos encontramos en el Año de la Fe, un año de gracia, para dar tiempo a considerar como es nuestro trato con el Señor. Cuidar más las formas, pues lo que se ve muchas veces por fuera es lo que uno está viviendo por dentro. Dar tiempo a que el Señor posea la vida de un servidor para que sea Él y no yo. Un tiempo que nos llama a la Nueva Evangelización, y yo pienso desde mí, me ordené en el año 2000 y me decía a mí mismo: “soy sacerdote del 2000”, hoy me digo: “quiero ser sacerdote para la Nueva Evangelización”, es decir, que lleve a mis hermanos la alegría de la fe, que les transmita la alegría de la fe, con un nuevo ardor como nos decía el papa Benedicto XVI, arraigado y cimentado en Cristo el Señor para poder desde esa experiencia convencida, contagiar a otros la fe profunda, injertada.
            Y en este tiempo hay que mencionar claramente la importancia que está teniendo en mi vida el papa Francisco, en sus sencillas palabras de cada día, en sus homilías en Santa Marta, en la oración del ángelus en la plaza de San Pedro, en tantas y tantas intervenciones, en sus maneras, en su alegría, etc.,… voy entreviendo una espiritualidad propia del sacerdote (espiritualidad presbiteral) que me hace pensar cada día en mi propia condición sacerdotal. Nos dice: que tenemos que oler a oveja, pastores en medio de su rebaño y pescadores de hombres, que no seamos gestores sino mediadores y vayamos donde hay sufrimiento, sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones, que seamos pastores y no funcionarios,… No son solo palabras para ser escuchadas y meditadas, son palabras que ofrecen, junto al Evangelio, una hoja de ruta para seguir. 
            María, ha sido siempre fundamental en mi vida, así como los santos, por ello le pido al Señor –y a mi gente que lo haga conmigo hoy- que haga de mi un pastor conforme al Corazón de Dios. Así sea.

lunes, 10 de junio de 2013

sábado, 8 de junio de 2013

UN DIOS PROHIBIDO estreno en Valladolid

El próximo 14 de junio se estrena en el Cine Roxy de Valladolid la película titulada "Un Dios prohibido" en la que han participado como actores algunos seminaristas del Seminario Mayor y Menor de Valladolid.
La película narra el martirio del Seminario claretiano de Barbastro en 1936, junto con el martirio del vallisoletano Beato Florentino Asensio, Obispo de Barbastro. Don Florentino estudió en el Seminario de Valladolid, fue sacerdote de esta Archidiócesis, canónigo de la Catedral y confesor del Seminario hasta el mismo día de su nombramiento episcopal. Durante toda su vida estuvo muy ligado a nuestro Seminario diocesano, que mantiene su memoria hasta el día de hoy.


LOS SEMINARISTAS DE VALLADOLID

En las secuencias centrales de la película dirigida por Pablo Moreno en Ciudad Rodrigo, que narra el martirio de 51 miembros de la comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca) en el inicio de la guerra civil, en 1936, algunos seminaristas de nuestra diócesis han tenido la oportunidad gozosa  de colaborar en el largometraje más importante que ha asumido Contracorriente Producciones.
 
En esta superproducción no podía faltar la presencia de nuestro seminario, ya que el obispo mártir de Barbastro (el primero de Guerra Civil), Bto. Florentino Asensio (1877-1936), fue seminarista de Valladolid, confesor del Seminario y canónigo de la Catedral.

Esta experiencia ha supuesto para nuestros seminaristas un antes y un después en su etapa formativa. El rodaje de algunas escenas ha supuesto un hito en su respuesta vocacional. Ha enriquecido su formación de futuros pastores. Una de las razones es el haber podido percibir los sentimientos que embargaron  a aquellos jóvenes religiosos que dieron su vida por ser fieles a Jesucristo y a la Iglesia.


LA PELÍCULA

 Se trata de una película coral, en la que han participado más de 50 actores de renombre, así como más de 200 figurantes. Entre los actores que ha participado en el rodaje de esta película se encuentran: Jesús Guzmán ("El bueno, el feo y el malo" ), Elena Furiase ("El internado"), Juan Alberto López ("Cuéntame cómo pasó", "Aquí no hay quien viva"), Jacobo Muñoz ("Blancanieves Boulevard"). Además de actores con larga trayectoria en doblaje como Juan Rueda, y también que proceden del mundo del teatro o televisión como Gabriel Latorre, Juan Lombardero, Mauro Muñiz, Ainhoa Aldeanondo, Alex Tormo (director de la compañía Triaca) Guido Balzaretti ("Los miserables") y Jerónimo Salas.

viernes, 7 de junio de 2013

Homilía - Sagrado Corazón de Jesús

El viernes después del Corpus Christi celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Hoy es ese día. Y lo hacemos en el marco del Año de la Fe, donde a todos nosotros se nos invita a ser más sensibles en lo que toca a la fe, la relación con Dios y con su Iglesia. Este año quiere ser provocación personal, para estar un poco más cerca del Señor, alimentar nuestra fe, educar en la fe, etc.,… que nuestra relación con Cristo sea como ese viento que dirige nuestros pasos, nuestro seguimiento a Cristo que es pobre y humilde.
            Es el día en el que celebramos el afecto de Dios por todos nosotros, por todos, nadie queda fuera de su dilatado corazón. Afecto que nace de un corazón enamorado por la humanidad que ha sido creada por Él mismo. Dios Padre por amor nos creó, mucho antes de que nosotros le amáramos, Él nos amó primero, y porque nos amó, nos creó.
Esto es más que un tópico, unas bonitas palabras, o incluso un juego de palabras, no es ni un juego ni solo palabras, sino la certeza que muchos podemos confesar cada día pues nos sentimos apoyados, animados, enamorados, alegres, entusiasmados, enviados, desbordados, protegidos, ensimismados y alterados,… En el Señor tenemos puesta nuestra confianza –aunque siempre limitada por nuestra condición humana- porque en Él sentimos al Amigo que nunca falla. Ojalá no solo sintamos, sino que desde dónde nos movamos, desde la clave desde la que amemos a otros, ojalá tanto como Él a nosotros, ¿qué mejor testigo, referente o patrono, que el mismo Hijo de Dios para comportarnos?
Y es que en el centro de su persona, está su corazón, de donde irradia toda su Pasión, la que siente por el Padre que es la que le lleva a la Pasión, sin tener en cuenta los efectos secundarios de la misma, sabe que “el grano de trigo sino muere no da vida”. El martirio es la clave de su testimonio de fe. Su vida es una vida entregada, dada; sin reservas ni miserias nos entrega lo que es: su cuerpo y su sangre, su vida, Él es el “pan de Vida”. Su misión, su razón de ser, es vivir descentrado, siempre “disminuyendo”, siempre poniendo el ser humano por encima de la ley, el amor por encima del interés. En el corazón de Jesús está el centro de su misericordia, el amor más humano y a la vez más divino, es decir, su auténtica “personalidad”.
Su Corazón está, como en el de todos nosotros, en su cuerpo y ese cuerpo lo recibimos en la Eucaristía, es el Pan que no sacia nuestra hambre fisiológica, por eso no es un pan que hemos de recibir por rutina, pero alimenta nuestro ser, nuestro pequeño corazón muchas veces débil y herido. Es ahí en el pan donde nosotros tenemos que mostrar nuestro acatamiento, nuestra obediencia, nuestra adoración, nuestra fe, etc.,… Las palabras más sinceras y más auténticas surgen del cruzar la mirada frente a frente con Él. Las corazonadas sin doblez, más humanas y al mismo tiempo más divinas se reproducen de la relación cordial que tengamos con Jesús.
Y, el corazón está situado en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Todo el interés del Señor está en sus hijos, por sus hijos. No obstante, Dios tiene puesto su corazón en toda la humanidad, ojalá toda la humanidad estuviera cerca del Señor, fuera su Iglesia, ojalá la Iglesia camine hacia esa nueva humanidad en la que todas las cosas serán nuevas, ojalá seamos el Reino de Dios, Jesús mismo, por la comunión explícita que mantengamos corazón a corazón con Él, cuerpo a cuerpo. Ojalá seamos evangelio, buena noticia siempre.
Y en el Corazón de Jesús está María, su Madre. Precisamente mañana celebraremos el Inmaculado Corazón de María. Su corazón es un corazón traspasado por el dolor, pero también por la alegría y el gozo, de toda su historia cerca de Jesús, una historia de salvación, que como ella misma expresa, se sienta esclava, presa, atada a la cruz del Señor, porque de ahí procede el amor más puro, más profundo, más tierno, más veraz.
Ojalá para todos nosotros la devoción al Sagrado Corazón de Jesús nos ayude a identificarnos con la humanidad de Cristo, nos identifiquemos con Cristo, para que nos sintamos seducidos por su amor y podamos llevar a otros al conocimiento de esta verdad, para que más conociendo, más amemos y sigamos. No solo por nuestro bien, sin para bien de toda la humanidad.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

domingo, 2 de junio de 2013

II Encuentro de niños de catequesis en el Seminario de Valladolid

Ya pasó el II Encuentro de niños de catequesis en el Seminario de Valladolid. Estoy muy contento de dicho encuentro y muy agradecido a tantos catequistas, familias y sacerdotes que han promovido este encuentro para que fuera un día de convivencia, de amistad y cercanía a Jesús. Muy agradecido al Seminario de nuestra diócesis por su acogida, su disponibilidad y su actitud de puertas abiertas.

Nos hemos juntado cerca de 200 niños representando a más de 20 parroquias de nuestra diócesis, tanto del mundo rural como de la ciudad. Acompañados de muchos catequistas y de algunos sacerdotes. No son tiempos para tener en cuenta los números, pero junto a estos hay que añadir la calidad de todos ellos, la mejor tierra para que la semilla del Evangelio cayera y diera fruto.

La bienvenida, la oración y contemplación, el trabajo de las parábolas, los descansos y almuerzos, las catequesis, tiempo libre, la Eucaristía, etc.,... han estado llenos de la alegría de la fe, del compartir y alimentar esa fe que hemos recibido como un don que se lleva por dentro pero que se nota por fuera.

"Yo soy el pan de vida" (Jn 6, 35) ha sido nuestro lema. En la víspera de la Solemnidad del Corpus Christi nos hemos acercado un poquito más al Señor, para sentir su ternura el pulso de su Corazón, un Corazón que palpita en el Sagrario y está esperando nuestro amor.

Junto a la docilidad de los más pequeños de nuestra diócesis y el acompañamiento del buen hacer de los catequistas, se agradeció la presencia de los padres, de la familia. Así hemos podido vivir como verdadera familia diocesana que nos muestra muestra ese amor que procede del Dios Trinidad.

Ojalá la experiencia que ayer vivimos nos mueva a estar más cerca del Amor a Dios y al amor al prójimo como se nos invita siempre pero especialmente en la jornada del Corpus Christi.