domingo, 28 de mayo de 2017

La catequesis nos prepara para ser cristianos, no sólo para hacer la primera comunión - Manuel Márquez Córdoba, delegado diocesano de catequesis de Málaga

Si le preguntamos a un niño o a una niña ¿por qué vienes a la catequesis?
Podemos recibir alguna de estas respuestas:  Porque mis papas quieren que haga la comunión; porque mis abuelos quieren, porque mis amigos del cole también la hacen…
Si estas respuestas recogen el sentir de la gran mayoría de los niños que vienen a la catequesis, nos damos cuenta de que los niños relacionan catequesis con hacer o recibir la primera comunión y que lo que les motiva a ir a la catequesis es hacer la primera comunión
Para ayudar a padres y niños a tomar conciencia de que el fin de la catequesis es hacerse cristiano, no sólo hacer la primera comunión, y que proceso van a seguir durante la misma, podemos hacer lo siguiente:
En primer lugar, hacer un cartel que convoque a un proceso para hacerse cristiano, no para hacer la primera comunión; que recuerde que se realiza en tres ciclos litúrgicos y no en años naturales; donde los sacramentos se reciben cómo momentos fuertes del proceso; que insista que es una decisión libre de los hijos y padres, donde los padres asumen participar en la educación y participación del proceso de hacerse cristiano de sus hijos.
Todavía, en algún tablón de anuncios de alguna parroquia o colegio religioso, se puede ver el cartel convocando a los niños y niñas “para hacer la comunión” y no para hacerse cristiano. Si alguien quiere tener una idea de lo que venimos diciendo, pondremos en la web de catequesis un cartel con estas características.
En segundo lugar, otra medida que podemos poner en práctica es mejorar la acogida a los padres, en junio o septiembre, convirtiéndola en el momento que se explica personalmente cual es el proceso que van a iniciar junto sus hijos, para que éstos se hagan cristianos.
Acoger sin prejuicios no resulta fácil, pero es necesario y fundamental para poder conectar con los padres y clarificar malos entendidos, tópicos y estereotipos sociales y culturales, e ideas erróneas  y preconcebidas, que se han podido crear alrededor de la catequesis.
Para ayudar hacer la acogida, la delegación de catequesis, tiene en su web una carta dirigida a los papás donde se explica lo que van hacer sus hijos para hacerse cristiano. La puedes encontrar en este enlace: http://catequesis.diocesismalaga.es/?q=recursos/carta-entregar-padres
Estoy convencido que, por medio de un diálogo sereno, aunque no siempre sea posible, podemos hacerles descubrir a muchos padres que lo más importante de la catequesis no es hacer o recibir la primera comunión, sino encontrarse con Jesús, para conocerlo, amarle y seguirle, para ser feliz y hacer felices a los demás. Así mismo, animarles a que ellos colaboren con nosotros educando a sus hijos con el ejemplo y participando en todo aquello que la parroquia les pida durante este proceso de iniciar a sus hijos en la vida cristiana.
En último lugar, en los primeros meses de catequesis sería conveniente ayudar a descubrir a los niños/as los motivos y la finalidad de la catequesis.
Son muchos los catequistas que, en el primer ciclo durante los primeros meses, viven con tristeza y a veces con sentimientos de fracaso, el abandono de algunos de los niños de su grupo. Se preguntan si será debido a que no lo han hecho bien, o que no están suficientemente preparados.
Puede ser que algunos necesiten mejorar su preparación, pues la edad de los componentes del grupo, sus habilidades todavía incipientes de lectoescritura requieren de los/las catequistas otros recursos, otras estrategias para mantener la atención, la motivación y el interés de los niños y niñas. En la Delegación somos consciente de ello, y ofrecemos cursillos que presentan y entrenan esos recursos y estrategias.
Pero pienso que la mayor dificultad está en la motivación o aquello que nueve o estimula a los niños/as ir la catequesis y en lo que ellos/as esperan hacer durante la catequesis.
Para trabajar ambas circunstancias, durante los primeros meses, aconsejo el siguiente procedimiento:
Comenzar cada sesión de catequesis preguntando a los niños cuál es su estado de ánimo. Y después de escucharlos, dialogar sobre cómo influyen las emociones, sentimientos que nos han manifestado, en el modo de estar allí y su interés e ilusión por conocer a Jesús.
Después volver a preguntar: ¿Qué haces durante la catequesis que no haces en ninguna otra actividad que realizas?
Con esta pregunta quiere hacerles descubrir que la catequesis es un momento especial y único por todo lo que se hace y de dice en ella. Pues en la catequesis nos encontramos con Jesús que está vivo (silla); hacemos silencio (cartel)… Abrimos el corazón a Jesús (el corazón en la silla). Recibimos la fuerza y la ayuda del Espíritu Santo que ilumina y llena (imposición de manos); escuchamos a Jesús que nos habla cuando proclamamos la Palabra de Dios, compartimos desde el corazón, lo que sentimos. Dejando muy claro que los queremos, aunque nos siempre ellos nos correspondan con su conducta.
Si después de hacer esto, los niños siguen igual o dejar de ir a la catequesis, solo nos queda recordar aquellas palabras de la Sagrada Escritura: “<<La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la pagará, hasta llevar el derecho a la victoria; en su nombre esperarán las naciones>>” (Mt 12.20). “Yo planté, Apolo regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento”. (1ª Cor 3, 6-7).

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