Con este lema hemos celebrado el 10º aniversario de nuestros encuentros diocesanos de niños de catequesis. La pandemia interrumpió esta dinámica, sino llevaríamos más años.
En el origen este encuentro se pensó para los niños que durante
el año hacían su Primera Comunión; y era una manera de celebrarlo todos juntos.
Después los niños que habían participado deseaban seguir participando y otros
niños, más pequeños, también querían participar, entonces pensamos que era mejor
que fuera un encuentro de niños de catequesis. Y ya este último encuentro lo
hemos llamado “encuentro de catequesis”, porque no solo se concentran niños,
sino que también participan chavales de confirmación, así como sus catequistas
y papás.
El último encuentro volvió a tomar como hilo conductor el
tema del camino, en sintonía con el tiempo eclesial y sinodal que estamos viviendo.
En esta ocasión también utilizamos la misma metodología que el año pasado: el
camino y caminar. El tema de fondo nos venía dado por la Programación Pastoral
Diocesana: Familia en camino y discernimiento”. Claramente la imagen de “familia”
la pudimos experimentar en la expresión de la Iglesia como tal: niños,
adolescentes, papás, catequistas, religiosas, sacerdotes y obispo. La expresión
del “discernimiento” la podemos encontrar muy bien en la institución del
catecumenado y en las distintas etapas que el itinerario catecumenal o
bautismal nos ofrece. Itinerario que la catequesis de inspiración catecumenal
nos sugiere como proceso de conversión. Sí, de conversión: partimos del casi
nada de conocimiento de Jesús el Señor, su Madre, su Iglesia, etc. para desear ser
testigos del Señor.
Precisamente la explicación del desarrollo de algunas etapas
del catecumenado es lo que nos ofreció nuestro encuentro. Los padres Javi y
Carlos, de los oblatos, Ana y Mari Fe, como catequistas, y yo mismo como
delegado diocesano de catequesis, preparamos y motivamos este encuentro
pensando en los niños, sus catequistas y sus papás. Con un rasgo fundamental y
es que los receptores son hijos de su tiempo, por tanto, este encuentro, como
otros, se preparó encomendándolo al Señor, interpretando su voluntad e
inspirados por el Espíritu Santo que aporta: frescura, gozo y alegría.
En primer lugar, en el Seminario Diocesano se dio la ACOGIDA.
Al inicio del itinerario catecumenal está esta virtud. El Catecumenado, como el
Seminario, es un semillero de vocaciones, en este caso a la vida cristiana que,
porqué no, podría desembocar a una llamada del Señor al sacerdocio o a la vida
religiosa.
Tras la acogida, el NOMBRE. La dinámica de la búsqueda
del otro, para saber su nombre y comenzar una amistad que ha de comenzar por
nombrarse.
Somos Iglesia en salida y con deseos de hacer lío en la
diócesis, por ello la oración, a través de la música, el baile, la ilusión y la
alegría, caracterizó el impulso hacia las siguientes etapas. Por ello salimos a
las calles y en uno de sus parques motivamos la importancia que tienen los PADRINOS
en el proceso. Juegos adaptados a los niños pero que a los mayores también,
fuimos expresando la importancia de estos guías y apoyos, como son los
padrinos, que tienen mucha más importancia que la que les damos actualmente. ¡Qué
importante es elegir unos buenos padrinos!, más que porque cumplen los requisitos
para serlo, debería prevalecer porque además son modelo de seguimiento de
Jesús.
Iba avanzando la mañana y otra etapa la vivimos en la parroquia
de San Miguel. Esta iglesia se caracteriza por su imaginería religiosa,
propia ahora de la Semana Santa. Javier Carlos, su párroco y director del
Secretariado del Catecumenado en Valladolid, nos recibió con mucha amabilidad. En
esta ocasión resaltamos la importancia de la CRUZ. La signación con la
cruz, pues en la Cruz está la expresión de la Meta: el amor incondicional hasta
dar la vida. Preciosa la cruz que realizaron los niños tumbados en el suelo.
Muy cerca de allí, en el Monasterio de la Purísima
Concepción de las Monjas Concepcionistas, Sor Nuria, abadesa del monasterio,
acompañada de otras monjas, nos recibió como una madre, donde entabló un
diálogo muy sugerente y evocador con los niños. Allí quisimos destacar la
importancia de la oración en todo este proceso. La oración, el encuentro con
Dios, nos aporta la luz necesaria para discernir y escrutar su voluntad a lo
largo de toda la vida, especialmente en los comienzos donde será muy importante
la elección que hagamos en el seguimiento del Señor y en la profesión de
nuestra fe. Allí realizamos la celebración de la entrega del PADRE NUESTRO.
Después de haber recibido el alimento espiritual a través de
la oración, nos dirigimos a la Plaza de Santa Cruz, disfrutando del buen
tiempo, y el maravilloso sol que invitaba a comer al aire libre. Hay que decir
que casi desde el comienzo del encuentro los niños preguntaban por el momento
del almuerzo y la comida. En dicho parque compartimos no solo la comida, tras
la bendición de la mesa, si no también espacio con otros cristianos que habían
venido de fuera para pasar el día en Valladolid. La Iglesia es así: UNIVERSAL.
En la sobremesa no faltaron los juegos que nos ayudaron a
conocer más la Biblia, pues en el catecumenado es muy importante la explanación
del kerigma a la luz de la Historia de la Salvación. Pudimos percatarnos del
gran conocimiento que tienen los niños de la Biblia.
A
lo largo de la jornada los niños fueron completando un cuadernillo a modo de álbum,
donde iban recogiendo con distintas imágenes que se les hacia entrega en cada
etapa. Aquí se les entregó la PALABRA de DIOS.
Agradecemos
a las Carmelitas de la Caridad que pusieron a nuestra disposición, un
año más el patio del Colegio Jesús y María, los baños, etc. y Goyita,
superiora de la comunidad, nos abrió las puertas especialmente de su corazón.
Cogimos
de nuevo las mochilas y nos dirigimos a la Parroquia del Salvador, meta
de nuestro camino juntos. “La EUCARISTÍA es fuente y culmen de la vida
cristiana”. Allí nuestro querido Pepe, párroco, nos recibió como él muy bien sabe,
explicando a los presentes la figura de San Pedro Regalado, pues los SANTOS
son mediadores y a ellos nos encomendamos especialmente en este proceso. Cada
niño recibió un santo para su colección.
Finalmente
celebramos la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo. Don Luis estuvo muy
cercano a todos, especialmente a los niños y a sus familias. Se agradece en la
vida de la Iglesia que todos vayamos de la mano, animados y animando.
Esperamos
la participación de más niños el próximo año, pues una bonita iniciativa que nos
ayuda a todos, además, uno de los acentos más importantes del Catecumenado es
entrar en la COMUNIDAD y vivir como cristianos en medio del MUNDO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario