viernes, 7 de febrero de 2020

FIGURA CATEQUÍSTICA DEL MES: MONSEÑOR DANIEL LLORENTE (1883-1971)

     Obispo de Segovia, pastor celoso, educador y cate­quista brillante, piado­so y competente, humilde y admirable como persona y figura relevante e influyente en la primera parte del siglo XX.
   
  Nació en Valladolid el 10 de Abril de 1883. Cursó los estudios en el Seminario urbano y en él se ordenó sacerdote. Luego continuó su formación en Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico.
   
    Sus primeros años sacerdotales los pasó en su ciudad de origen, Valladolid. Fue capellán del Colegio Ntra. Sra. de Lour­des, de los Hermanos de las Escue­las Cristianas, desde 1927 a 1942. Susti­tuyó a su hermano José María, que falleció en ese puesto. En el trato con los alumnos  del centro, contrastó sus experiencias y sus hermo­sas ideas.
   
    Al mismo tiempo ejerció el ministerio pastoral en la Parro­quia de S. Miguel de Va­llado­lid hasta 1927 y desempeñó la tarea de la cátedra de Dere­cho canónico en el Seminario. Luego pasó a la cátedra de Peda­gogía Cate­quística.

      Desde los primeros años de su minis­terio pas­toral se sintió comprometido de forma especial en las actividades de la catequesis y estudió a fondo cuantas corrientes y publicaciones le llegaban. Su biblioteca fue siempre reflejo de su in­quietud teológica y pastoral.
  

     Fue cofundador de la Revista catequís­tica, en la que colaboró desde el comien­zo, en 1910, y que duró hasta 1936. El fue su director y alma desde 1914.
   
     Promovió el Congreso Catequístico de Valladolid en 1913, siendo el primer Congreso nacional celebrado en la na­ción. Participó activamente en diversos encuentros nacionales e inter­nacionales, como el Primer Congreso Nacional de Educación Católica de Madrid en 1924 y estuvo presente en los demás Congresos Catequísticos Nacionales (el 2º se reunió en Gra­nada en 1926 y el 3º en Zarago­za en 1930).

   En la República, desde 1931 a 1935, escribió y predicó incansablemente con­tra la secularización docente que obsta­culizó con sectarismo la tarea educadora de la Iglesia en la na­ción.

   En 1942 fue designado Obispo Auxiliar en Burgos, donde realizó una hermosa tarea pastoral y misionera, recorriendo abnega­damente todos los pueblos de la extensa provincia.

   En 1944 fue nombrado Obispo de la Diócesis de Segovia, cargo que ocupó hasta su jubilación en 1969. Pastor in­can­sable y fiel, siempre tuvo tiempo para la tarea catequística y para los encuen­tros juveni­les. 
  
    En 1950 presidió una de las Comisio­nes del 4º Con­greso Catequístico nacio­nal cele­brado en Va­lencia.
  
    En el mismo año parti­cipó con una exce­lente ponencia en el Congreso Cate­quís­tico internacional celebrado en Ro­ma. Llegada la hora de la jubilación como Obispo, se retiró al mo­nasterio de los Hermanos de las Es­cue­las Cristianas de Bujedo (Burgos), donde continuó sus lecturas y diversos escritos llenos de datos y de referencias a su larga expe­riencia. Falleció en un hospital de Sego­via el 27 de Febrero de 1971.

      Sus obras pedagógicas y catequísticas fueron numerosas y algunas de ellas intensamente conocidas y celebradas en España, en Suramérica y en lugares como Alemania, cuyo movimiento cate­quístico de Munich había influido tanto en su pensamiento e interés. Fue asiduo lector de los escri­tos que le llegaban y que leía con fruición en la lengua origi­nal. Sus obras comenzaron siendo reflejo de este movi­miento alemán.

     La más importante de ellas fue el "Tra­tado de pedagogía catequística", editado ya en 1928 y que conoció múltiples edi­ciones siempre mejoradas, sirviendo de texto en muchos centros de formación de maestros y en semi­narios.
   
   Otros libros significativos fueron "Expli­cación dialogada del Evangelio", "Explica­ción dialogada del Catecismo", "Cateque­sis bíblicas" (libro del Maestro y libro del alumno), "Catecismo explicado con gráfi­cos y ejemplos", "Curso teórico-prác­tico de pedagogía". 

      Además salieron de su pluma multitud de escritos breves. Entre ellos, además de sus pasto­rales diocesa­nas en Se­go­via, hay que citar los 264 artículos que de él ser conservan en las páginas de la "Re­vista Cate­quística", por él tan aprecia­da. Y fueron múltiples las cola­boraciones siempre prácticas en otras publica­ciones perió­dicas y en las Actas de los Congre­sos y encuentros en los que parti­cipó, que fueron muchos.
  
   Su figura, al igual que la de Tusquets en la región catalana o la del Beato Andrés Manjón en la andaluza, represen­tó en España el interés catequético y el afán de renovación metodológica.

     Transcendió su zona geográfica y con­tribuyó al auge de la sensibilidad de Obispos y sacerdo­tes para la tarea selec­ta de educar la fe.

     Los ecos de Europa, el movi­miento ale­mán al comienzo y el francés des­pués, las consignas de Pío X en la Encí­clica "Acer­bo Nimis" y los afanes peda­gógicos de la escuela nueva euro­pea, estuvieron presentes en su estilo y en sus consig­nas pedagógicas que divul­gó en todo el país.

 Daniel Llorente contribuyó en tres direcciones: 

  1º   Recogió y "nacionali­zó" los ecos venidos del exterior, de los cuales él fue una ventana refres­cante y suma­mente recep­tiva, dada su capacidad de síntesis, su sencillez personal y su celo pastoral.

   2º  Reclamó la actividad como forma pedagógica preferente. Sus con­tactos con los movimientos europeos de educa­ción religiosa fueron intensos, tanto con las figuras como con los escritos que fueron fluyendo y que con abundancia llega­ban a sus manos. El mal llamado "movimiento psicoló­gi­co" (pues lo fue sobre todo metodológico) fue su punto de partida.

  Pero él aportó otras dimen­sio­nes que pueden quedar sintetizadas en las tres siguientes. Por eso fue modelo de lenguajes diná­micos: dibujo, canto, uso de la pizarra, esquemas visuales, gráficos, láminas, cuaderno de trabajo. Fueron las formas aprendidas en el aula y que él proyecto también a los demás espacios parro­quia­les o grupales.

     3º  Valoró los lenguajes infan­tiles y trató de acomodarse a ellos, logrando una bella concordia entre la doctri­na íntegra y la acomodación al destinata­rio de la educa­ción. Lo consiguió resalta­do la formación bíblica convertida por entonces en "histo­ria sagrada" y en "na­rración evangélica".

       En sus obras impresas resultan admi­ra­bles sus intuiciones y los modelos que ofrecía a los catequistas.  La catequesis progresiva y psicológi­ca halló en él, más que el místico o el psicó­logo profesional, al experto profesor acostumbrado a lo fundamental, a la repetición sencilla, al respeto al texto de catecismo y al paciente pedagogo que cultivó actitu­des de eficacia y de reflexiva actuación.

   Figura de trato sencillo y de profunda fe, hizo de la catequesis una tarea epis­copal prioritaria y centró en ellas su vocación a prueba de desalientos y me­recedora de todos los agradecimientos. 
  
EMBLEMÁTICA Y CATEQUESIS:
EL CATECISMO EXPLICADO DEL PADRE DANIEL LLORENTE Y FEDERICO

Emblemática y catequesis: el Catecismo explicado del Padre Daniel Llorente y Federico JOSÉ HERVELLA VÁZQUEZ* Sumario En este trabajo se trata de estudiar de forma clara el CATECISMO EXPLICADO CON GRÁFICOS Y EJEMPLOS, obra del Padre Llorente.

  En ese Catecismo, su autor usa de diversos conceptos asimilables por los alumnos, empleando un método a modo de jeroglíficos. Abstract This work aims to study in a clear way the CATECISMO EXPLICADO CON GRAFICOS Y EJEMPLOS (The Catechism explained with drawings and examples), the work of Father Llorente. In this catechism the author makes use of diverse concepts, easily assimilated by the students, using a method similar to hieroglyphics. 

 CONSIDERACIONES GENERALES Sebastián de Covarrubias y Orozco en su Teatro de la Lengua Castellana o Española (Madrid, Luis Sánchez, impresor. Año del Señor de MDCXI), define catecismo como «es un nombre griego que vale tanto como instrucción. El catecismo comúnmente se toma para la instrucción de la fe y de la doctrina cristiana»

   Si desde luego tenemos que hacer una síntesis de cómo se ha orientado la catequesis a lo largo de los siglos y épocas, señalaríamos lo siguiente: En época antigua ha de hablarse de un catecumenado, que es un período de preparación inmediata del bautismo. Su preparación tenía que conseguirse ante todo por la libre cooperación personal a las prácticas ascéticas de la oración y de la penitencia que se le inculcaba. 

  En una palabra, se pedía un arrepentimiento de las culpas pasadas para esperar el perdón en las aguas bautismales. Seguía al bautismo, la confirmación y la primera comunión, con lo cual se terminaba la iniciación cristiana. Ahora bien, en la antigua iglesia española no aparece clara una actividad catequística organizada. * José Hervella Vazquez, profesor de instituto, es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela. Su línea de investigación gira en torno a la escultura barroca gallega incidiendo en la ourensana. Estudia también los diversos tratados de Emblemática, tratados que tanto influyeron en la Historia del Arte. 

 En SCRIPTA THEOLOGICA 18 (1986/3)

El sacerdote Luis RESINES, en su obra "Obra y pensamiento catequético de Daniel Llorente, Multicopiado, Valladolid 1981, 585 pp., 16,5 x 24 ofrece los datos más certero sobre el gran catequista D. Daniel Llorente. En esa recesión biográfica de esta histórica figura, se dice lo siguiente:

  " Este trabajo es una síntesis de la tesis doctoral que el Autor, sobrino de D. Daniel Llorente, presentó como tesis doctoral en la Universidad Pontificia de Salamanca.

    La tesis está centrada en la egregia figura de D. Daniel Llorente (1883- 1971), uno de los más eminentes catequistas españoles de nuestro siglo. Dividida en tres partes, en la primera hace unos apuntes biográficos sobre Llorente; en la segunda se analizan sus escritos; y en la tercera su 'pensamiento catequético. Cierra el trabajo algunos apéndices donde figuran la cronología de los escritos de Llorente y cuatro artículos inéditos.

   Gracias al parentesco de Resines con el ilustre catequeta, este trabajo ofrece muchos datos y materiales (artículos, cartas, etc.) inéditos de Llorente, que son de gran interés. Al ser un trabajo eminentemente expositivo, hecho con rigor, es fuente de información para estudiar la historia de la catequesis en nuestro siglo, y especialmente en España.

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