martes, 1 de enero de 2019

HORA DEL BALANCE


            El final y comienzo de Año es una buena oportunidad para que hagamos balance de lo que ha sido el 2018 y que nos propongamos algunas metas para el próximo 2019.
            Recojamos el año con agradecimiento, pero sin caer en la ingenuidad de pensar que todo ha podido ser bueno en él, no porque nos haya podido ir mejor o peor, en lo que se refiere a nuestras personas. En lo que se refiere a nosotros cómo catequistas valoremos todo lo que ofrecemos de disponibilidad y servicio a nuestra comunidad, a nuestra Iglesia Diocesana, no solo en el campo de la catequesis sino en tantos. Demos gracias a Dios porque muchas veces habrás sacado fuerza de flaqueza, pero sigues adelante con la ayuda de Jesús el Señor. Gracias porque a pesar de los años no pierdes la alegría y el entusiasmo de ponerte a la cabeza de los niños para realizar tantas actividades, para mostrarles con el ejemplo el camino del seguimiento, siendo testigos del Señor. Muchas gracias porque los padres de los niños confían en ti y depositan lo más grande que tienen para que les transmitas las enseñanzas de los apóstoles y del mismo Jesús; también la Iglesia confía en ti y anima a que sigas adelante enraizado a la Viña de la Casa de Israel, que como reza el salmo 80, es el Señor.
            También habremos de pedir perdón por tantas cosas: quizá en lo que se refiere al acto catequético, al trato con los niños, a lo que hayas podido despistar a tu propia familia, en las veces que hayas olvidado celebrar la Eucaristía de los domingos, la lectura del Evangelio de cada día y la oración personal, a lo que hayas podido descuidar la formación, etc.
            Pero seguro que hay muchas cosas que están en el deseo, es decir, aquello que quisiste hacer y no pudiste hacer por unas cosas u otras. Con la ayuda de Dios y tu fuerza de voluntad lo puedes dirigir al depósito de los propósitos para el año nuevo. Quizá si te propones mucho no lo consigas, pero si te planteas el año puedas encajar tantas cosas que a veces la misma vida nos lleva a desordenar. El Señor es el más interesado en ayudarte en esta ardua tarea, cuenta con Él, cuenta también con tus compañeros catequistas, con el sacerdote de tu parroquia, con tantas mediaciones que la Iglesia te ofrece para poder realizar lo más importante que es llevar a los hombres a Dios.
            Os deseo un FELIZ y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2019.

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