miércoles, 14 de febrero de 2018

Parroquia de Cristo Redentor

Susana, desde la parroquia Cristo Redentor en Parquesol queremos compartir el panel de Cuaresma que hemos elaborado con el título "Cuaresma, viaje hacia la Pascua". En él se representa un camino que empezaremos el miércoles de ceniza y en el que cada domingo va a haber una parada o área descanso en el que iremos descubriendo el desierto, la oración, la montaña, la luz, los frutos... Todos estos elementos nos acercarán a la fiesta más grande, la Pascua.

Los primeros cristianos tomaron conciencia de que la Pascua formaba parte del centro de su vida. Como Iglesia incipiente vivieron ilusionados por el Misterio de la pasión, muerte y Resurrección del Señor. Ellos creían, y creemos, que Jesús el Señor vino a reconstruir al ser humano, a devolverle su dignidad perdida por el pecado (des-Amor), a restituir la historia que lo envuelve y el Universo entero.
Desde entonces (siglo II), el pueblo de Dios escoge un Domingo específico para celebrar la Pascua del Señor. Durante la Noche Santa –víspera de este Domingo- celebramos la Vigilia Pascual, la mayor de las fiestas para los cristianos, se instituirá –por la intervención del Espíritu Santo- los sacramentos de la Iniciación cristiana.
San Pablo, apóstol de los gentiles, nos muestra que el Bautismo es la perfecta conformación con la muerte y la resurrección de Cristo (cf. Rm 6, 3-5). Con el tiempo, surgirá y se desarrollará un itinerario espiritual pensado especialmente para los catecúmenos que recibirían durante la Vigilia Pascual los sacramentos de la Iniciación cristiana. Catecumenado que todavía hoy inspira la catequesis de la Iniciación cristiana.
Más tarde el Jueves Santo se convertiría en el día apropiado para la reconciliación de los penitentes. La comunidad cristiana admitiría la Cuaresma como el tiempo apropiado para su conversión a través de la ascesis y la oración.
Por tanto, teológicamente hablando, la Cuaresma se explica a partir del Misterio pascual, celebrado en el triduo sacro, unido a la celebración de los sacramentos de la Iniciación cristiana y al sacramento de la Misericordia. Durante este itinerario mana la invitación a todo el pueblo de Dios para que se deje purificar y santificar por su Señor y Salvador.

Termino haciendo una breve referencia a las consignas propias de la Cuaresma que son la consecuencia y el fruto de la conversión cuaresmal, como nos dicen los Santos Padres de la Iglesia: limosna, oración y ayuno. La génesis evangélica de estas conductas son el eco de las palabras de Jesús en el llamado Sermón del Monte: “Cuando hagáis limosna… cuando oráis… cuando ayunáis” (Mt 6, 2.5.16). Precisamente este evangelio es el que se proclama el Miércoles de Ceniza y con el que se inicia la Cuaresma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario