martes, 25 de octubre de 2016

HOLYWINS


            El mes de noviembre comienza con dos fechas muy significativas para la Iglesia Católica; el primer día, la Solemnidad de Todos los Santos; y el segundo día, la Conmemoración de Todos los fieles difuntos. Son días muy señalados para recordar a todos los que nos precedieron y para dar gracias al Señor por el valor de la fe que nos transmitieron. En la catequesis tenemos la oportunidad de plantear nuestra esperanza cristiana, que no tiene estación “termini” en este mundo, sino que aspira llegar al cielo.

        Nuestra cultura occidental, de profundas raíces cristianas, en ocasiones no agradece el tesoro que ha recibido a través de la fe, y porque le parece esta -desde el desconocimiento más absoluto- un tanto “trasnochada”, precisa beber de otras culturas que nada tienen que ver con la realidad sino con la ciencia ficción, como es Halloween.

            En nuestras parroquias nos gustaría ver a papás tan implicados como lo están para esta historia de raíces paganas. Padres que se disfrazan y se meten en la escena, pues parece que no es una simple fiesta infantil, sino la disculpa para vivir una noche de terror, bajo capa de “truco” o “trato”.

         En nuestra Iglesia ofrecemos Holywins, suena parecido a lo anterior, pero ni mucho menos es lo mismo. Porque aquellos ponen: oscuridad, cicatrices, sangre, terror, violencia, guadañas, brujas con escobas, calabazas, demonios, fantasmas, etc. Estos, nosotros, ponemos, luz, color, multiculturalidad, cruz, vida, alegría, testimonio, amor, perdón, misericordia, honor, sacrificio, etc. Algunas de nuestras parroquias lo están ofreciendo en nuestra diócesis, por ejemplo, la parroquia de Villalón.

             “Holywins” es una iniciativa católica para vivir la solemnidad de Todos los Santos. Esta denominación juega con las palabras inglesas “holy” (santo) y “win” (vencer), de modo que Holywins podría significar: “La santidad vence”. Efectivamente, Dios es mucho más fuerte que el mal, que nuestras debilidades, que los malos espíritus. ¡El amor es más fuerte que el desamor!

           
 
Si lo que nos gusta es el disfraz, pues disfracémonos de todos los santos: hay para dar y tomar. Y vivamos la santidad como una auténtica fiesta para todos.

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