Realmente cada vez que se reúnen los catequistas, da igual la parroquia o la comunidad cristiana, es un auténtico gozo, porque todos ellos rezuman el deseo de transmitir con "dulce y confortadora alegría" su fe; así es la evangelización.
Ha sido una jornada preciosa en la que hemos estado dando un paseo por todo el catecismo, desde la portada hasta la misma contraportada; descubriendo los rastros de misericordia. Y hemos llegado a la conclusión que todas las páginas del catecismo, de forma más o menos explicita, nos habla de la misericordia, porque "Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre" (MV 1), y -precisamente- de Jesucristo nos habla el catecismo. Este nos presenta al Señor en todas las fases de su vida.
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