
Decimos que la Vigilia Pascual es la fiesta más importante para un cristiano. Solemos decir que es la madre de todas las Vigilias. Y esto, ¿por qué? Porque en ella se nos manifiesta el fundamento de nuestra fe, muy bien distribuido en las cuatro partes de la celebración: LUZ - PALABRA - BAUTISMO - EUCARISTÍA. Con ello expresamos la Resurrección de Jesucristo, esperanza de nuestra fe.
Antiguamente los cristianos lo eran a partir de este día, la Vigilia Pascual, hasta entonces realizaban un camino de tres años que comprendía el: precatecumenado (atracción, interés, deseo,... algo así como el "despertar religioso"), rito de acogida (al comienzo de la cuaresma), catecumenado (vendría a ser propiamente la catequesis), rito de admisión (primer domingo de cuaresma), tiempo de purificación e iluminación (preparación inmediata a la recepción de los sacramentos), sacramentos de la Iniación cristiana, mistagogía (profundización de los misterios de nuestra fe).
Por tanto, el cristiano nace por el sacramento del Bautismo, se hace por la viviencia de todos y cad uno de los sacrementos de la Iniciación cristiana, que recibe en la Vigilia Pascual.
Una vez que hemos sido bautizdos seguimos participando en dicha Vigilia donde, precisamente, renovamos el sacramento del Bautismo jutno al resto de la comunidad.
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