domingo, 8 de junio de 2014

III Encuentro diocesano de niños de catequesis

"DADLES VOSOTROS DE COMER" (Lc 9, 13)

Por tercer año consecutivo hemos celebrado el III Encuentro diocesano de niños de catequesis. Tuvo lugar el sábado 7 de junio, víspera de Pentecostés, en el Seminario de Valladolid.

La verdad es que lo mejor sería preguntar directamente a los niños para narrar objetivamente esta crónica. Lo cierto es que tanto los niños como los catequistas fueron llegando felices y se marcharon muy alegres.

Los catequistas, que son de lo mejor que tiene la Iglesia, desprendidos, disponibles, abnegados, prepararon con sumo cariño esta jornada. Todas las actividades que hicimos fueron especialmente pensados para ellos, adaptadas a los niños y niñas que participaron con ilusión de este día de convivencia.

Participaron parroquias tanto de la ciudad como de los pueblos. La mayor parte de ellas ya van siendo asiduas a este encuentro. Animamos a otras muchas parroquias y colegios para que también se puedan sumar a esta iniciativa de la Delegación diocesana de catequesis.

Oramos cantando con signos, con alegría, manifestando que el Espíritu está vivo y se manifiesta en nosotros. Celebramos el cumpleaños de la Iglesia y abrimos del regalo que Jesús ha hecho a su Iglesia: el Espíritu y sus dones. Cada uno de los niños recibió un don en el que compartió otros dones que él/ella cree tener; dimos gracias por todos ellos.

Y tiempo, ya clásico, para el tentempié, que agradecemos como otros años a la generosidad de las Hermanitas de los Pobres.

Los milagros de Jesús fueron el medio de evangelización durante casi todo el día. Los campos del Seminario vieron el jugar de los niños alegres, participando generosamente, corporativamente. 

Realmente fue una jornada diocesana de niños pero también de catequistas. Ellos se los pasan "bomba" viene a sus niños en relación con otros muchos niños de la diócesis. ¡Es una gozada la Iglesia! Algunos sacerdotes también se hicieron presentes y se metieron en harina. Los papás, especialmente, se hicieron presente a la hora de la Eucaristía donde todos recibimos el gran tesoro que es Jesús.

Todos los presentes participaron anímicamente de la celebración. Al final Juan Carlos nos entregó un marcapáginas y una crucecita, réplica del pectoral del papa Francisco y bendecida por él.











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